Una entrevista con TAHAR RAHIM (Samir)

Debía rodar otra película con Asghar Farhadi, ¿de qué trataba?
Asghar había visto UN PROFETAy me dijo que tenía ganas de trabajar conmigo. Me habló de un proyecto que trataba de una mujer y un hombre que se enamoraban a través de Internet. Pero el problema era la utilización de la webcam. Quedamos en vernos tres semanas después, y entonces me contó la historia de EL PASADO en líneas generales. Le pregunté por la otra película y contesto que prefería rodar esta, la historia era más cercana.

¿Por qué le escogió?
No estoy seguro, pero me parece que Asghar escoge actores “modelables”. Le gusta transformar a la gente. No le interesa pedirle a un actor que vuelva a hacer lo que ya ha hecho, y tiene razón. Es más, quiso “limpiarme” de cualquier papel previo, vio todo lo que había hecho varias veces. Por ejemplo, me puse una chaqueta y dijo que me la cambiara, ya la había visto en una película.

¿Cómo definiría el personaje de Samir?
Como un hombre cansado de la vida. Está atrapado en la culpabilidad, entre un amor que permanece y un nuevo amor, entre una vida pasada y las ganas de una vida futura. Creo que es presa de una depresión constante, pero no la exterioriza. Se agarra, lo que demuestra su madurez. Es algo mayor que yo, tiene treinta y pico años, la vida le ha golpeado. Asghar me cambió añadiendo unos toques grises a mi cabello y me esforcé en tener un andar algo más pesado, menos rápido que el habitual.

¿Vio a su personaje así desde el principio?
Al principio le imaginé un poco más sonriente, un poco más espontáneo, pero Asghar no estaba de acuerdo. Hablamos mucho. Para él, se parecía al padre en El ladrón de bicicletas, y me pidió que viera la película. Quería que entendiese la relación casi de adultos entre el padre y el hijo. Por naturaleza, me inclinaba hacia alguien más alegre, pero Asghar tenía razón.

¿Había participado en ensayos tan largos anteriormente?
Ensayé mucho para la película de Jacques Audiard, pero era diferente, buscábamos al personaje para construirlo. Asghar traza el camino a seguir; quería moldear a los actores para que se fundieran con sus indicaciones.

¿Qué le aportaron los ensayos?
Me ayudaron a entender mejor al personaje, a adaptarme al rodaje, al método de Asghar; también a hablar de puntos importantes, como la relación entre los personajes, a descubrir cómo el guion, la historia en sí, se sublimaría gracias a la realización. Durante los ensayos surgieron cosas que no estaban en el guion, especialmente en torno a las relaciones emocionales entre los personajes. Todo empezó a ser más complejo de lo que permitía entrever la lectura.

¿Imaginó un pasado para Samir con Asghar Farhadi?
Sí, hemos trabajado bastante en eso. Recuerdo un ejercicio en el que Asghar me preguntaba cómo había conocido a mi mujer, cómo era físicamente. Me pareció muy interesante porque no teníamos nada preparado. También aprendimos a ver a los otros. El joven actor que hace el papel de mi hijo y yo nos mirábamos durante 30 segundos, nos volvíamos y debíamos describir lo que llevábamos puesto. Son ejercicios que Asghar empleaba en el teatro. Conocer e integrar los elementos de la vida de mi personaje me sirvió para no pensar en ellos durante el rodaje. Me permitieron arraigarme en otra vida.

¿Le costó adaptarse a la meticulosidad de Asghar Farhadi ?
Me adapté. No puedo impedir que, en un momento dado, mi energía se disperse. Soy incapaz de permanecer siempre en el mismo estado. Tiendo a relajarme entre toma y toma. Pero recuerdo un detalle que demuestra la precisión de Asghar. En una de las últimas escenas se ve a Samir a través de una pequeña ventana recortada en una puerta. Para la composición, tuve que subirme encima de dos tablas. Luego había un contraplano en el que se me veía de espaldas. Ya no necesitaba estar subido a las tablas y, además, Asghar me pidió que diera dos pasos hacia atrás para que la perspectiva fuera exacta. Nadie se habría dado cuenta, excepto él.



BIOGRAFÍA
En 2009 obtuvo su primer papel de importancia en UN PROFETA, de Jacques Audiard, por la que fue galardonado con el César al Mejor Intérprete Masculino. En 2011 rodó su primera película en inglés, LA LEGIÓN DEL ÁGUILA, de Kevin Macdonald. Ese mismo año trabajó en LES HOMMES LIBRES, seleccionada por el Festival de Cannes, y en OVE AND BRUISES, seleccionada por el Festival de Venecia. Pronto le veremos en un papel protagonista en la próxima película de Fatih Akin, THE CUT.

FILMOGRAFÍA
2013 EL PASADO (Asghar Farhadi)
  GRAND CENTRAL (Rebecca Zlotowski)
2012 A PERDRE LA RAISON (Joachim Lafosse)
2011 ORO NEGRO (Jean-Jacques Annaud)
  LOVE AND BRUISES (Lou Ye)
  LES HOMMES LIBRES (Ismael Ferroukhi)
2009 UN PROFETA (Jacques Audiard)

Una entrevista con ALI MOSAFFA (Ahmad)

¿Cuál ha sido su recorrido?
Hace veinticuatro años que trabajo como actor en Irán, pero empecé por casualidad. Alguien me propuso un papel mientras estudiaba en la universidad. El cambio me apeteció, y de pronto me convertí en actor. Mi primer papel fue en una película muy comercial. A partir de la tercera película, dirigida por Dariush Mehrjui, la palabra “interpretar” empezó a cobrar sentido. Hasta entonces me había divertido. Pero Dariush Mehrjui me ayudó a tomarme en serio el cine.

¿Cómo obtuvo el papel?
Hice varias pruebas. Faltaba un mes para el comienzo del rodaje y todavía no sabía si tenía el papel. Había que hablar francés, y sigo diciendo que no hablo francés. Pero siempre lo han hablado a mi alrededor. El francés es como una enfermedad crónica para mí; lo estudio, dejo de estudiarlo, vuelvo a estudiarlo… Además, mi esposa habla francés con nuestros hijos en casa. Desde hace unos años, ese idioma ocupa un lugar cada vez más importante en mi vida.

¿La interpretación cambia al ser en francés?
Hablando de una película que rodó en Japón con actores a los que no entendía, Abbas Kiarostami dijo que había perdido una herramienta esencial en la dirección, pero había dado algo único a la actuación. El texto ya no podía engañarle, percibía de forma profunda la calidad de la interpretación. La misma idea es válida para un actor. Al usar otro idioma, perdemos una herramienta, el idioma materno. A menudo nos apoyamos en el idioma para compensar ciertas debilidades, basta una inflexión en el tono. Recurrimos a un dominio adquirido desde la infancia para rellenar lagunas en la actuación. Pero al no disponer de esa herramienta, solo queda usar elementos primarios como, por ejemplo, la mirada.

¿Cómo definiría a Ahmad?
Es un extranjero en Francia. Por muy familiarizado que esté con la cultura, aunque haya vivido en el país 4, 15 ó 20 años, no importa, sigo viéndole como un extranjero. Y, como muchos orientales, se expresa de forma indirecta. Esa diferencia entre franceses e iraníes puede dar pie a numerosos malentendidos. En cuanto a sus otros rasgos, no tengo por costumbre intentar entender toda la complejidad de un personaje antes de encarnarlo.

¿Construyó un pasado para Ahmar con Asghar Farhadi, cómo conoció a Marie…?
Forma parte del método del Sr. Farhadi, habla del pasado del personaje. En lo que a mí respecta, no quiero saberlo todo de mi personaje ni preguntar al director y al guionista acerca del tema. Intentar explicar el comportamiento de un personaje a través de su pasado solo puede llevar a resolver las contradicciones actuales. En mi opinión, hay que aceptar dichas contradicciones para que el personaje sea real. Intentar hacerlas desaparecer me parece contraproducente. Empeñarse en entender el comportamiento del personaje no ayuda al actor a interpretar el papel.



BIOGRAFÍA
Nacido en Teherán, Irán, se licenció en Ingeniería Civil en la Universidad de Teherán, e hizo su debut cinematográfico en OMID, de Habib Kavosh, en 1991.

Ese mismo año ganó el Premio al Mejor Actor en el Festival de Fajr por su papel en PARI, de Dariush Mehrjui. Conoció a su esposa, la actriz Leila Hatami, en 1996, mientras rodaba LEILA, del mismo director.

A continuación dirigió varios cortometrajes entre los que destacaremos “Incubus”, el documental “Farib-e-she’r” (El engaño de la poesía) y el largometraje SIMA-YE ZANI DAR DOORDAST (RETRATO DE UNA MUJER A LO LEJOS), con Leila Hatami y Homayoun Ershadi en los papeles protagonistas. La película fue premiada en el Festival de Londres y participó en el Festival de Karlovy Vary.

Su segundo largometraje, PELE YE AKHAR (EL ÚLTIMO ESCALÓN), fue galardonado con el Premio FIPRESCI y el Globo de Cristal a la Mejor Actriz (Leila Hatami) en el Festival de Karlovy Vary.

FILMOGRAFÍA
Como actor
2013 EL PASADO (Asghar Farhadi)
2012 PELE YE AKHAR (El último escalón) (Ali Mossafa)
2011 ASEMAN E MAHBOOB (Dariush Mehrjui)
2010 CHIZ-HAIE HAST KEH NEMIDANI (Cosas que no sabes)
  (Fardin Saheb-Zamani)
2006 CHE KASI AMIR RA KOSHT? (¿Quién mató a Amir)
  (Mehdi Karampoor)
2003 JAYI DIGAR (En otro lugar) (Mehdi Karampoor)
2001 MIX (Dariush Mehrjui)
2000 TALES OF AN ISLAND (Dariush Mehrjui)
1998 LEILA (Dariush Mehrjui)
1996 BORJ-E MINOO (La torre de Minoo) (Ebrahim Hatamikia)
1995 PARI (Dariush Mehrjui)
1991 OMID (Habib Kavosh)
Como director y guionista
2012 PELE YE AKHAR (El último escalón)
2005 SIMA-YE ZANI DAR DOORDAST (Retrato de una mujer a lo lejos)
  (Escrita con Safi Yazdanian)
1999 FARIB-E-SHE’R (El engaño de la poesía)

Una entrevista con BÉRÉNICE BEJO (Marie)

¿Cuál fue su primera impresión al recibir el guion de EL PASADO?
El guion me llegó al cabo de un mes de espera. Hablé con Asghar, me fui de vacaciones y esperé a que me mandara el guion o me dijera si me daba el papel. Cuando por fin lo recibí, fue como tener un objeto de mucho valor entre las manos. He vuelto a encontrar todo lo que me había gustado en sus películas anteriores. Una atmósfera, personajes que no son de un solo color, que siempre mantienen algo misterioso, y una historia compleja que nos obliga a cambiar de opinión a medida que la seguimos.

¿Cómo fue el primer encuentro con Asghar Farhadi?
Quedé con él dos horas antes de salir hacia el aeropuerto. Nunca había hecho una prueba como esa… Él intentaba encontrar algo en mi rostro, pero no sé qué. Me puso algodón en la boca, me hizo fruncir el ceño, me cambió la forma de los labios. Incluso llegué a decirle a la maquilladora: “Si quiere cambiarme de cara, más vale que busque a otra”. Apenas hablamos, un poco del personaje y nada más. Cuando me despedí, no sabía nada.

¿Qué decía al hablar del personaje?
“Es una mujer que tiene dos hijos, está enamorada de un hombre con un hijo y debe divorciarse de otro”. Me preguntó si tenía hijos. Le contesté que dos míos y dos de mi compañero, por lo que era madre de cuatro hijos cada dos semanas. Era mi forma de decirle: “Entiendo lo que me cuenta, lo vivo y puedo apoyarme en esto para que funcione en la pantalla”.

Asghar Farhadi es conocido por sus ensayos minuciosos antes del rodaje. ¿Cuánto duraron?
Dos meses. Quedábamos entre tres y cuatro veces cada semana, incluso el sábado, y ensayábamos unas cuatro o cinco horas. Nunca lo había hecho. Supongo que debe parecerse a lo que hacen los actores de teatro. La primera media hora hacíamos ejercicios, andábamos, corríamos, incluso hacíamos abdominales, según lo que decía Asghar. Era el jefe, de eso no había duda. Después leíamos el guion, improvisábamos un poco. Y debíamos quedarnos todos aunque no apareciésemos en la escena. Empecé a impacientarme. Tenía ganas de rodar, sobre todo porque Asghar empezó a pedirme cosas cada vez más precisas.

¿Le asustaba la precisión que podía exigirle durante el rodaje?
Sobre todo me asustaba cansarme del texto, de la historia. Y cuando por fin empezamos a rodar, tenía la impresión de que ya había actuado en esa película. Los actores de cine tienen miedo de carecer de espontaneidad, pero me he dado cuenta de que cuanto más se trabaja el papel, mayor es la espontaneidad. Conocemos a fondo al personaje y nos relajamos.

¿Cómo fue el rodaje?
Con Asghar todo es fácil. Encarnar a Marie apenas suponía un esfuerzo porque la conocía muy bien. Aun así, hubo momentos de duda, segundas y terceras tomas, pero viví los gestos, las escenas, desde dentro. A veces, al terminar, pensaba: “No lo entiendo, tengo la impresión de que he estado demasiado natural”, pero es exactamente lo que buscaba Asghar. No quería que intelectualizara al personaje, sino que lo viviera.

¿Marie se le parece?
Para nada. Nunca habría reaccionado como ella. Es genial para una actriz interpretar con tanta facilidad a un personaje totalmente opuesto.

¿Qué sabía de Marie al empezar los ensayos? ¿Construyó un pasado para el personaje?
Sabía que era farmacéutica y que trabajaba en París, a pesar de vivir en las afueras. Decidí que la farmacia no era suya, que era una empleada. Durante los ensayos, imaginamos su relación con Ahmad, cómo se habían conocido. También hablamos de cómo era su primer marido, con el que tuvo dos hijos. De cómo habían roto Marie y Ahmad, imaginamos que fue por Skype. Un día, Ahmad se fue diciendo que volvería, pero no volvió.

Hubo momentos complicados, cuando Ahmad sufrió una larga depresión. ¿Imaginaron esos momentos?
No. Asghar nos habló a menudo de los inmigrantes. Decía que la cultura iraní es muy diferente de la nuestra, que muchos iraníes no consiguen adaptarse a la vida en Francia y acaban regresando a su país. Puede que eso le pasara a Ahmad. Intentó integrarse en otra sociedad, se enamoró sinceramente, pero le costó demasiado y prefirió volver a casa. Marie lo entiende, pero no le perdona no habérselo dicho a la cara. En las películas de Asghar se nota que cree más en las mujeres que en los hombres.



BIOGRAFÍA
Nacida en Argentina, se trasladó a París a los 3 años. Su padre, el cineasta Miguel Bejo, despertó su interés por el cine a una edad muy temprana. En 1988 debutó en LES SOEURS HAMLET, de Abdelkrim Bahlo, y en 2000 tuvo su primer papel protagonista en MEILLEUR ESPOIR FÉMININ, de Gérard Jugnot.

A continuación rodó en Estados Unidos DESTINO DE CABALLERO, con Heath Ledger, y regresó a Francia para trabajar con directores como Laurent Bouhnik, Steve Suissa y Marie-France Pisier. En 2006 coprotagonizó con Jean Dujardin la película OSS 117: EL CAIRO, NIDO DE ESPÍAS, de Michel Hazanavicius.

Pero no alcanzó la fama internacional hasta que interpretó el papel de Peppy Miller en THE ARTIST, también de Michel Hazanavicius. Por su trabajo en esta película fue galardonada con el César 2012 a la Mejor Actriz y nominada al Globo de Oro y al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto, entre otros premios.

FILMOGRAFÍA
2013 EL PASADO (Asghar Farhadi)
2012 POPULAIRE (Régis Roinsard)
2011 THE ARTIST (Michel Hazanavicius)
2008 MODERN LOVE (Stéphane Kazandjian)
2006 OSS 117: EL CAIRO, NIDO DE ESPÍAS (Michel Hazanavicius)
2003 24 HEURES DE LA VIE D’UNE FEMME (Laurent Bouhnik)
2001 DESTINO DE CABALLERO (Brian Helgeland)
2000 MEILLEUR ESPOIR FÉMININ (Gérard Jugnot)