Erik Poppe, nacido el 24 de junio de 1960, es un realizador y guionista noruego que había sido director de fotografía y reportero gráfico. Empezó su carrera profesional como fotógrafo del periódico Verdens Gang y de la agencia Reuters, cubriendo noticias nacionales así como conflictos internacionales en Angola, Mozambique, Camboya y Beirut. Fue premiado en diversas ocasiones por la Asociación de la Prensa Noruega y World Press Photo. Se licenció como director de fotografía en el Dramatiska Institutet de Estocolmo, Suecia, en 1991, y se ocupó de la fotografía de varios largometrajes. Ganó el Premio Kodak en el Festival de Moscú 1994 y el Premio a la Mejor Fotografía de la Academia de Noruega en 1995. Asimismo, ganó numerosos premios por la fotografía de campañas publicitarias.
Después de dejar la fotografía por la dirección, realizó la premiada trilogía Oslo, compuesta por Schpaaa (1998), nominada al Premio Amanda a la Mejor Película, Hawaii, Oslo (2005), ganadora del Premio Amanda a la Mejor Película y al Mejor Guion, y DeUsynlige (2008), nominada a seis Premios Amanda, de los que ganó dos (Mejor Montaje y Mejor Música). Las dos últimas también recibieron el Premio de la Crítica de Cine de Noruega.
Para el director noruego Erik Poppe, su última película MIL VECES BUENAS NOCHES representa un enfoque más personal que sus obras anteriores, hasta el punto de que llega a describirla como autobiográfica. Efectivamente, al igual que la protagonista, Erik Poppe también fue fotógrafo de guerra y ha sabido plasmar en la pantalla con efectos devastadores su propia experiencia a la hora de equilibrar la vida profesional con la familiar.
Me he limitado a poner en imágenes mi historia, dice. Es muy personal, la película cuenta una historia casi autobiográfica. Parece sacada de mi diario. Por eso estaba empeñado en enseñar la película a mi hija antes del montaje definitivo, para que me dijera lo que podía mostrar y lo que no. También a mi mujer. Pero no fue nada complicado, todo lo contrario, están muy satisfechas con la película. Mi hija se siente feliz de que haya mostrado lo que le pasó.
Pero sus seres queridos no son los únicos que han mostrado su aprobación al realizador. Muchos fotógrafos de guerra se han quedado impresionados con la cinta. Varios fotógrafos de guerra conocidos han contribuido a la realización de la película, explica Erik Poppe, y quiero que todos sientan que se habla de la realidad de su trabajo y de su vida por primera vez. Quiero que puedan decir: ‘Esta película expresa mi dilema’.
Cuento historias que contienen aspectos personales, sigue diciendo el realizador. Da igual que sea un thriller o una cinta de acción, necesito encontrar el enfoque personal. Las historias deben girar en torno a las emociones y los seres humanos, solo así puede el espectador identificarse con los personajes. Si no me identifico con la historia, no creo que el público lo haga. Para mí, es un proceso terapéutico, intento buscar elementos de mi vida en lo que cuento.
El mayor cambió que hizo Erik Poppe fue hablar a través de la voz de una protagonista femenina, y explica qué le empujó a tomar esa decisión: Convertí mi personaje en mujer para que el dilema fuese más tajante, más fácil de entender para el espectador. Hoy en día aceptamos con facilidad que el hombre, el padre se vaya a trabajar, no nos hacemos preguntas. Pero todo cambia tratándose de una mujer con una hija pequeña y otra adolescente. En Afganistán, en Pakistán, una mujer, una madre podrá hablar con otras mujeres, le contarán historias, pero no pasará lo mismo si el fotógrafo es un hombre.
Como Rebecca, la protagonista, Erik Poppe sigue luchando para librarse de su primera vocación y aún se desplaza a lugares de conflicto. Sin embargo, quiere dejar muy claro que las fotos de guerra deben ser hechas por profesionales: Es necesario que vayan periodistas profesionales. Actualmente, todos los medios reducen sus enviados in situ, y dependen cada vez más de personas con móviles para cubrir acontecimientos bélicos. Es absurdo. No se sabe quiénes son, así no se puede contar lo que pasa, hacen falta profesionales.
Hablando de profesionales, debo decir que Juliette Binoche está impresionante en su papel, pero el director reconoce que no fue la primera actriz en la que pensó: Debía ser una película escandinava al cien por cien, pero no conseguimos levantar el proyecto y hubo que cambiar de idea. Fue entonces cuando pensé en Juliette.
Y sigue diciendo: Hay algo en la interpretación de Juliette que no había visto en otras películas suyas. Estaba convencido de que trabajaríamos bien juntos, que podríamos materializar el guión, pero quería empujarla hacia una dirección diferente. Por suerte, ella también quería hacerlo. De hecho, considera que esta película es mucho más personal que cualquiera que ha rodado antes, posiblemente porque ser actriz y trabajar en todo el mundo con dos hijos en París tiene mucho que ver con la historia. Entre las grandes estrellas actuales, era la única capaz de contar esto porque tiene la suficiente integridad. Lleva años apoyando a los periodistas, defiende la libertad de expresión en zonas de conflicto.
Erik Poppe reconoce que nunca vuelvo a ver mis películas una vez estrenadas. A veces siento envidia del público, no puedo distanciarme de lo que he hecho. Quizá porque me involucro con demasiada intensidad. Voy a necesitar mucho tiempo para recuperar la distancia. Quizá dentro de veinte años sea capaz de sentarme con mis nietos y volver a verlas, pero de momento solo deseo hacer otra película.
Por STEFAN PAPE MAY (1 de mayo de 2014)