Paulina, 28 años, decide dejar de lado una brillante carrera como abogada en Buenos Aires para dedicarse al activismo social en una zona situada entre Argentina, Paraguay y Brasil.
PAULINA es un thriller social que explora a personajes conectados a un acto violento - tanto víctimas como autores - y examina la forma en que esta violencia hace nacer diferentes ideas de justicia.
Santiago Mitre nació en Buenos Aires en 1980 y estudió en la Universidad del Cine (FUC).
En 2004 codirigió con Alejandro Fadel, Martín Mauregui y Juan Schnitman El amor (1º parte), un largometraje presentado en el BAFICI (Buenos Aires Festival de Cine Independiente) y en la Semana Internacional de la Crítica del Festival de Venecia.
Empezó a escribir para la gran y la pequeña pantalla en 2006. Ha escrito tres largometrajes para Pablo Trapero, Leonera (Selección Oficial, Cannes 2008), Carancho (Una cierta mirada, Cannes 2010) y Elefante blanco (Una cierta mirada, Cannes 2012).
En 2011 cofundó la productora independiente La unión de los ríos, a través de la que produjo su primer largometraje en solitario, El estudiante. La película fue invitada a más de treinta festivales y cosechó numerosos galardones, como el Premio Especial del Jurado (Cineasti dei Presente) en el Festival de Locarno, el Premio a la Mejor Película en los festivales de Gijón y Cartagena, así como el Premio FIPRESCI a la Mejor Película Argentina de 2011.
En abril de 2013 presentó en el BAFICI el mediometraje Los posibles, codirigido con Juan Onofri Barbato, mezcla de cine y teatro, de cámara y danza.
PAULINA es su segundo largometraje como guionista y realizador.
2015 PAULINA
Premio Horizontes en el Festival de San Sebastián
Premio TVE Otra Mirada en el Festival de San Sebastián
Premio EZAE de la Juventud en el Festival de San Sebastián
Gran Premio Semana de la Crítica en el Festival de Cannes
Premio de la Crítica Fipresci en el Festival de Cannes
2006 EL ESTUDIANTE
Premio Especial del Jurado en el Festival de Locarno
Festival de Toronto - Festival de Londres (BFI)
Premio Especial del Jurado y Mejor Fotografía en el BAFICI
2004 EL AMOR (1ª PARTE) (Colectivo) BAFICI
Semana de la Crítica en el Festival de Venecia
No había visto la primera versión de LA PATOTA (1961), dirigida por Daniel Tinayre y protagonizada por Mirtha Legrand, hasta que me pidieron que realizara una nueva adaptación. Vi la película y decidí que ya tenía bastante. No quise volver a verla. Era suficiente. Algo en el personaje de Paulina era como una bofetada. Desde el principio, escribí pensando en Paulina, intentando entenderla, pero no tardé en comprender que no era posible. Paulina no necesitaba que se la entendiera, y eso era exactamente lo que me interesaba de esta película. Podía seguirla, estar con ella, pensar como ella, pero no debía intentar entenderla. No debía encerrarla con explicaciones. A Paulina la empuja una motivación por la supervivencia que casi roza lo irracional, y esa misma fuerza empuja la película, arrastrándonos. El otro personaje principal, que no tiene un papel tan importante en la primera película, pero que se hizo muy importante para mí, es el padre, el juez Fernando Vidal. Es un juez liberal, de mentalidad abierta, con un amplio bagaje político y de fuertes convicciones, que ha educado y modelado a su hija a su imagen. Los temas centrales de la película, la justicia, la marginalidad, el existencialismo, la violencia de género, el sistema de justicia entre delincuentes, las clases sociales, el perdón, se esconden y desarrollan entre dos puntos de vista, padre-hija, abogada-juez, mujer-hombre.
La versión original exploraba la idea del perdón a través de parámetros morales muy cercanos a la religión. No me interesa la religión, pero me di cuenta de que podía trabajar con los principales planteamientos de LA PATOTA desde otra perspectiva si construía una fábula con las convicciones políticas como núcleo. Llené el lugar ocupado por la religión en la película original con otra creencia: la ideología. ¿Hasta dónde pueden llegar las convicciones sociales? ¿Dónde está el límite de la ideología?
Paulina se embarca en una búsqueda personal planteándose esas preguntas. La búsqueda es únicamente suya, como el dolor que soporta. Lo que une a otras mujeres que también han sido víctimas de la violencia es la misma pregunta dolorosa: ¿Cómo se sobrevive a esto?
Hace unos años rodé una película titulada EL ESTUDIANTE, en la que trabajé con un personaje que no creía en nada, un pragmático que seguía adelante sin preguntarse por qué pasaban las cosas. De algún modo, PAULINA es el opuesto complementario. Paulina cree... reflexiona, sabe por qué hace lo que hace, y de ahí surge el drama. En EL ESTUDIANTE, como en PAULINA, los personajes se transforman del todo. Y en ambas películas está la voluntad de examinar los mundos (sociedades) políticos desde una perspectiva contemporánea.
Uno de los desafíos de PAULINA es preguntarnos cómo se respetan las decisiones con las que no estamos de acuerdo. Es fácil respetar las decisiones que también tomaríamos, pero es casi imposible intentar entender lo que nos parece equivocado. ¿Por qué toma Paulina semejante decisión? ¿Qué busca? ¿Qué quiere demostrar? Nos hicimos estas preguntas regularmente durante todas las etapas de la película, y seguimos sin tener la respuesta. Espero que el espectador también se haga estas preguntas. Es difícil encontrar una respuesta, interpretar su decisión, tan difícil como interpretar la violencia que la hace ser como es en un mundo donde las instituciones apenas sirven para frenar, en un mundo incapaz de aportar respuestas, donde la violencia aparece con o sin motivo.
¿Qué puede hacer el cine con todo esto? Muy poco, probablemente nada. Solo ofrecer imágenes, crear ficciones, concretar ideas, plantear preguntas... En otras palabras, construir un territorio desde donde podamos observar y dar pie a un pensamiento. Quizá ya sea algo.
Santiago Mitre
Nació en 1978 y es la mayor de los hermanos Fonzi. Empezó a trabajar profesionalmente como modelo y fue el rostro de numerosas campañas de publicidad. Debutó como actriz en 1998 en la serie “Verano eterno”, donde también actuaba su hermano Tomás Fonzi. Dejó la serie en 2000 para interpretar un papel protagonista en su primer largometraje, PLATA QUEMADA, de Marcelo Piñeyro. Desde entonces ha actuado en más de doce películas y en otras doce series.
Acaba de estrenar TRUMAN, de Cesc Gay, con Ricardo Darín y Javier Cámara, y pronto empezará a trabajar en RESTOS DE VIENTO, de Jimena Montemayor.
2015 PAULINA (Santiago Mitre)
2013 EL CRÍTICO (Hernán Gerschuny)
2011 EL CAMPO (Hernán Belón)
2008 SALAMANDRA (Pablo Agüero)
2005 EL AURA (Fabián Bielinsky)
2003 EL FONDO DEL MAR (Damián Szifron)
2001 VIDAS PRIVADAS (Fito Paéz)
2000 PLATA QUEMADA (Marcelo Piñeyro)
La posición de un padre ante su hija, la necesidad de justicia, el revanchismo, el poder y la solidaridad, todo se conjuga en PAULINA.
CLARIN
Una fábula poética.
EL PAÍS
Una tragedia moderna que explora los límites del idealismo.
EFE
Fascinante.
VARIETY
Poderosa interpretación.
THE HOLLYWOOD REPORTER
Apasionante. Hacía falta una actriz extraordinaria para hacer de esta película algo que no fuera simplemente un alegato en favor de los marginados.
LE MONDE
Paulina es de una terquedad que la excelencia de Dolores Fonzi encarna maravillosamente con su mirada tensa. Santiago Mitre, un talento al que hay que seguir.
LIBERATION
Esplendido retrato de una mujer que tiene que enfrentarse a sus propias creencias.
LA SEMAINE DE LA CRITIQUE DE CANNES
Uno puede no entender a Paulina, pero se identifica con ella.
LE FIGARO