Junio de 1945. Nelly, una superviviente de Auschwitz, regresa a su Berlín natal gravemente herida, con la cara desfigurada, acompañada por Lene, de la Agencia Judía y amiga suya antes de la guerra.
Poco tiempo después de pasar por una traumática operación de reconstrucción facial y a pesar de las advertencias de su amiga, Nelly se empeña en buscar a su marido Johnny, el amor de su vida.
Toda la familia de Nelly ha muerto en el Holocausto y Johnny está convencido de que su mujer tampoco sobrevivió. Nelly consigue encontrarle, pero Johnny no la reconoce. Solo ve a una mujer que le recuerda a su esposa.
Nelly quiere descubrir a toda costa si Johnny la amó realmente y si la traicionó, por lo que acepta hacerse pasar por sí misma.
Filmografía |
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2014 | PHOENIX |
2012 | BARBARA |
2011 | DREILEBEN (Telefilm) |
2008 | JERICHOW |
2007 | YELLA |
2005 | GESPENSTER |
2003 | WOLFSBURG |
2002 | TOTER MANN (Telefilm) |
2001 | DIE INNERE SICHERHEIT |
Nació en Hilden en 1960. Después de estudiar Literatura y Teatro en la Freie Universität de Berlín, se matriculó en la Academia Alemana de Cine y Televisión de Berlín especializándose en Dirección. A la vez, trabajó como ayudante de realización con los directores Harun Farocki y Hartmut Bitomsky. Tiene en su haber los telefilms Pilotinnen (1995); Cuba Libre (1996), Premio Förder en el Festival Max Ophüls; Die Beischlafdiebin (1998), Premio a la Producción en el Festival Max Ophüls; Toter Mann (2002), Premio Fipa en el Festival de Biarritz, y un capítulo de la serie Dreileben - Etwas Besseres als den Tod (2011), Premio Grimme y Premio de la Televisión Alemana; así como las películas Die innere Sicherheit (2001), Mejor Película en los Premios del Cine Alemán; Wolfsburg (2003), Premio Fipresci en el Festival de Berlín; Gespenster (2005), Premio de la Crítica Alemana; Yella (2007), Oso de Plata en el Festival de Berlín para Nina Hoss; Jerichow (2008), Premio de la Crítica de Cine Alemana; Barbara (2012), Premio al Mejor Director en el Festival de Berlín, seleccionada como una de “Las cinco mejores películas en idioma extranjero” por el USA National Board of Review y Medalla de Plata en los Premios del Cine Alemán y PHOENIX (2014) Premio de la Crítica - Fipresci en el Festival de San Sebastián.
Primer día de rodaje de PHOENIX: un bosque de abedules, un hombre con el uniforme de la Wehrmacht, mujeres con el atuendo de los campos de concentración. Nuestra referencia había sido una fotografía de la Fundación Shoah: un cruce de caminos y la luz impresionista de la mañana. La muerte solo aparece en segundo plano: un cuerpo en la hierba. Mientras rodábamos nos dimos cuenta de que algo no estaba bien. La luz y el encuadre eran perfectos, la recreación de la imagen parecía correcta, pero no funcionaba. La reconstrucción del horror, el cine dentro y fuera de Auschwitz, en otras palabras: “Ha llegado el momento, vamos a condensar lo ocurrido en una sola historia e imponer el orden”. Tiramos todo el material que rodamos aquel primer día.
Raul Hilsberg escribió que el terror impuesto por los nazis a un pueblo obediente se basó en técnicas conocidas. Pero lo novedoso fueron los campos de exterminio, el exterminio industrial de seres humanos. Las viejas técnicas se basaban en la literatura, las historias, las canciones… pero no hubo nada de eso en el Holocausto.
Nos influyó mucho un texto mientras desarrollábamos la historia, “Ein Liebesversuch (Un experimento en el amor)”, de Alexander Kluge. La acción transcurre en Auschwitz. Un grupo de nazis mira dentro de una habitación a través de agujeros en la pared. Observan a un hombre y a una mujer que, según sus historiales, estaban apasionadamente enamorados. Los doctores nazis quieren que vuelva ese amor para que la pareja se acueste y saber si la esterilización practicada a la mujer ha sido un éxito. Lo intentan todo, champán, luces tenues, duchas de agua helada con la esperanza de que intentarán entrar en calor abrazándose. Pero no pasa nada, la pareja ni siquiera se mira. Curiosamente, el fracaso de los médicos nazis es una victoria para el amor: los criminales no pueden reavivar el amor perdido. Creo que fue el texto de más peso para nosotros.
Nelly no acepta que las historias, las canciones, los poemas, el amor, ya no existan. Quiere volver atrás en el tiempo. Me interesan las personas que no aceptan las cosas, que son desafiantes y rebeldes.
Christian Petzold: El número dedicado a VÉRTIGO de la revista “Filmkritik” incluía un artículo de Harun Farocki titulado “Mujeres cambiadas”. Uno de los ejemplos que citaba era un libro de Hubert Monteilhet, Regreso de las cenizas, en el que está basada la película. Después, cuando conocí a Harun Farocki, hablamos largo y tendido de la novela. Nos preguntamos si una historia como la que cuenta el autor, una mezcla entre VÉRTIGO y el regreso de un campo de concentración, solo podía contarse en Francia. Entonces empezamos a pensar en el cine alemán de posguerra: ¿por qué no hay comedias ni películas de género? Y surgió la idea de que el Nacionalsocialismo creó un abismo en el que volvemos a caer una y otra vez.
Años después, cuando empecé a trabajar en BARBARA y descubrí a los amantes que interpretaban Nina Hoss y Ronald Zehrfeld, pensé que quizá sería posible contar esa historia a través de ellos dos. Nos preguntamos si sería posible contar la historia en Alemania, y en ese caso, cómo.
Nina Hoss: Cuanto más exploraba el personaje, más consciente era de los pocos testimonios de primera mano que existen del periodo de “después”. Nelly sale del campo de concentración, ha sobrevivido, se ha salvado. ¿Qué significa vivir con ese trauma? ¿En qué estado se encuentra? ¿Puede hablar de su experiencia? Había un punto clave: cuando conocemos al personaje, ¿en qué estado físico y mental se encuentra? En los campos se deshumanizaba a los prisioneros. Intentaban destruir todo lo que hace humano a un individuo. ¿Cómo puede alguien reconectar con lo que le definía como ser humano?
Entendí claramente que Nelly debía agarrarse a una idea fija, a la de Johnny. Si la reconoce, significa que ha vuelto a la vida. No me preocupaba el hecho de que no la reconocía, tampoco ella se reconoce frente al espejo. Los seres destrozados no se reconocen. Para mí, el mayor reto fue entender que se trataba de una persona que intenta reconstruirse. Ha vuelto de muy lejos y se agarra a cualquier cosa a su alcance que le permita entender quién era y quién es ahora. Una vez le dice a Lene: “Johnny me ha permitido ser Nelly de nuevo”. Y añade: “A veces siento celos de mí misma, de lo feliz que fui”. Habla de sí misma en tercera persona, como si no fuese ella. Pero aun así, fue esa persona. ¿Adónde ha ido?
Christian Petzold: Hay muchas historias, escritas y filmadas, que pueden entrar en la categoría de “Después de los campos”. Me recuerda algo que dijo Alexander Kluge. Según él, Ulises tardó diez años en reintegrarse en la sociedad porque, después de la guerra de Troya, no podía volver directamente a la casa. Sin embargo, en 1945 nadie pasó por una odisea, simplemente porque “casa” ya no existía. En Alemania, los centros de recepción para los “desplazados” – los supervivientes de los campos – permanecieron abiertos hasta 1958. En otras palabras, durante trece años, esas personas no tuvieron un lugar donde vivir.
Ronald Zehrfeld: Creo que en los años de posguerra las cosas giraban en torno al instinto de supervivencia, al deseo de seguir vivo, que muchas veces se resumía en encontrar algo de comer. ¿En qué momento puede uno permitirse volver a reír, a divertirse, a ser consciente de sí mismo, de la vida? Johnny se forma una imagen del futuro, busca una justificación para seguir viviendo, quiere irse para no enfrentarse a sus sentimientos, a sus experiencias, y a Nelly.
Nina Kunzendorf: Todos están rotos, dañados, heridos y ausentes. Así es como vi a los protagonistas y a los demás personajes de la historia. Todos buscan una vida. Algunos quieren recuperar su vida de antes. Otros, como Lene, quieren una vida nueva. Intentan construir algo nuevo, tener una idea de futuro. Les une el hecho de que todos han sufrido.
Christian Petzold: La película pertenece al género negro, en el que los contrastes son nítidos. Los personajes intentan acceder al espacio intermedio, pero el mundo es blanco y negro. Los matices desaparecen. Por eso, Hans Fromm (director de fotografía) y yo decidimos que los contrastes entre luces y sombras debían ser muy definidos: ventanas sobreexpuestas y rincones de una oscuridad impenetrable en el semisótano. Por otra parte, tampoco queríamos que el ritmo narrativo se convirtiera en una especie de cadencia psicótica, carente de color, que rezumara depresión. Los ruidos exteriores, el maravilloso mundo exterior tiene mucho peso en la película. El mundo contiene la promesa de que la vida seguirá, pero los contrastes son tan vívidos que borran cualquier matiz. Un poco como si quisiéramos enlazar el género negro con el technicolor. Por eso rodamos en 35 mm, porque es más cálido, está vivo.
Nina Hoss: La película está enfocada esencialmente como una obra teatral intimista. Me gustó mucho la idea; significa que la interpretación debe ser muy precisa, así como la relación entre los dos personajes. Tenía sentido porque el semisótano donde viven es como una cámara a presión. Y las cámaras a presión aumentan y aceleran las cosas. Nelly está totalmente concentrada en Johnny, está convencida de que puede devolverle su vida anterior. Siente que solo sobrevivió por él. Se agarra a ese amor, no quiere rendirse. Pero cuando sale del semisótano, el mundo recupera su lugar. Debe despertarse. Y en ese momento, la película empieza a abrirse.
Nina Kunzendorf: Los decorados me parecieron muy especiales. Me impresionó la dirección artística. Buscaron parqué de época para los suelos del piso de Lene; tenía un olor particular. Cuando se trabaja en un decorado así, se olvida que es una película. De pronto, todo es real, vive, respira.
Christian Petzold: Los veinte primeros minutos de la película no están rodados desde el punto de vista de Nelly. ¿Qué punto de vista puede tener Nelly al principio? Está destruida. Su cuerpo y su cara están destruidos. Ha pasado por cosas inimaginables. Solo podemos enseñar a Nelly envuelta en vendas en una habitación. En las primeras escenas creamos una distancia entre Nelly y la gente, una distancia implícita y física. El formato CinemaScope es ideal para eso. Cuando Nelly está por fin en el piso de Lene y escucha la canción de Kurt Weill, vemos que su cara refleja sentimientos. La canción “Habla bajo” simboliza el amor perdido, cuyo recuerdo la mantiene viva. De pronto recupera su rostro. Es el contraplano más cortante de la película hasta el momento porque algo surge entre las dos mujeres, sentadas una frente a otra, escuchando la canción.
En el transcurso de la película, Nelly – a pesar de las advertencias de su amiga – decide salir a buscar a su amado en la ciudad. Al hacerlo, se convierte en observadora, contempla el mundo. Al mostrar lo que ve, también se muestra a la observadora y su punto de vista. Desde el momento en que Nelly tiene una idea, un plan, la distancia con el mundo desaparece. Es como un plano en el que se hace girar el tiempo. “Cuando estaba en el campo, me agarré a imágenes y recuerdos para protegerme, y ahora quiero recuperarlos, quiero regresar al paraíso de los recuerdos”. Pero el paraíso es inaccesible, por lo que empieza a buscar una puerta. A partir de ahí, entramos en el mundo con ella.
Nina Hoss: Si alguien sale de una experiencia como la que ha vivido Nelly, que vuelve de un campo de concentración, y se encuentra con un mundo nada ideal, un mundo donde viven las personas que la mandaron a ese campo, creo que se reflejará en su cuerpo. Al principio anda por las calles como una “no-persona”, no sabe cómo se anda. Luego, poco a poco, cuando recupera sus zapatos parisinos, empieza a recordar, a disfrutar recordando cómo era antes, cómo vivía, reía, gozaba y amaba. Entonces, su cuerpo cambia. Primero intenté que Nelly fuera un poco infantil, nerviosa, inestable. Pero con el tiempo, el cuerpo de Nelly adquiere formas. Empieza a reconocerse. Debe recuperar la confianza y la fe en sí misma para andar erguida de nuevo.
Christian Petzold: Nina Hoss debía tener una base para replicar el sentimiento de desolación y anulación de Nelly. Sin embargo, tampoco debía hacer patentes esas emociones. Y por eso es maravillosa, no lo hizo. No exhibió todo lo que había leído, visto o sentido. Durante la preproducción escuché las grabaciones de los supervivientes de Auschwitz durante los juicios de Fráncfort. Me di cuenta de que no conseguían encontrar las palabras para describir lo que habían pasado. Creo que a Nina le ocurrió lo mismo, no encuentra las palabras para describir las experiencias de su personaje. Como actriz, solo puede imaginar la tortura. Interpreta la imposibilidad de comunicar una experiencia, la de su personaje.
En una escena, Nelly cuenta unos momentos de su experiencia en el campo. Dicha escena está basada en el testimonio de una superviviente grabado por la Fundación Shoah creo que en 1998. Cuando la mujer empezó a hablar, apenas podía articular palabra. Sabía que para Nina Hoss también sería un día de rodaje difícil y no hablamos de ello previamente. No habría sido correcto pasar demasiado tiempo pensándolo.
Nina Kunzendorf: Lene tiene una buena dosis de pragmatismo. Es abogada, negocia, trabaja, defiende a otros. Es una persona concreta y actúa acorde con su carácter, incluso cuando se enfrenta a la muerte. Vive con la muerte día a día mientras revisa los documentos de los campos de concentración. La muerte, el dolor y la pérdida la sumergen y le dejan su marca. Llega un momento en que se hace insoportable.
Me gusta la escena en que Nelly y Lene están sentadas, cenando. Lene dice cosas como: “Ya no soporto las canciones alemanas”. Y también: “Debemos arreglar lo de tu herencia”. Hay momentos de desenfado, como si por un instante reapareciera un recuerdo, el de reír juntas, divertirse, pasar la noche charlando… Intenta decir: “Hubo algo más, quizá pueda regresar”.
Christian Petzold: El cine, al contrario del teatro, se compone esencialmente de contraplanos. Dos personas están una frente a otra y ocupamos el espacio intermedio con sus expresiones, gestos y palabras. Es el espacio cinematográfico. Con Nelly y Johnny hay contraplanos en el Club Phoenix: planos cortos, la cara de él, la cara de ella, miradas que no se encuentran. Ella le mira, pero él mira más allá porque ella ya no existe. En el piso del semisótano se trata de borrar el dolor causado por la ausencia de la mirada y empiezan a mirarse. Por su expresión, Nelly le dice: “Soy yo”. Pero sigue sin reconocerla y vuelve a empujarla hacia el mundo de los fantasmas.
Ronald Zehrfeld: Me encantan los momentos en que Nelly está delante de Johnny y uno piensa: “Vale, ahora la reconocerá”. Pero no lo hace, quizá porque no se fía de sus sentimientos o no se permite a sí mismo sentir emociones.
Tiene muy claro que si quiere volver a ser el de antes, si quiere volver a tocar, debe irse de Alemania, y eso solo es posible con la ayuda de la mujer que – según él – finge ser Nelly.
Christian Petzold: Cuando Nelly entra en el jardín de la cervecería, el dueño se va inmediatamente y la posadera dice: “Ya sabe cómo son los hombres”. Nelly le responde: “¿Cómo son?”. Son los hombres que vivieron doce años de Nacionalsocialismo convencidos de que eran los amos del mundo. Ahora que han sido derrotados, ni siquiera son capaces de pedir disculpas, de decir a las víctimas: “Lo que hicimos fue horrible, nada de lo que hagamos podrá compensaros, pero al menos somos conscientes de que es un daño irreparable”. Pero no es así, no lo hacen. En la escena de la cervecería, siempre imaginé a Nelly emerger de entre los árboles cual fantasma. De pronto, está allí y los demás tienen la sensación de que ha surgido de la tierra. En el momento que la ven, ellos se convierten en fantasmas. Durante esta escena, Nina Hoss adoptó la misma expresión que en la estación de tren, una mezcla de curiosidad y de desprecio. Me pareció brillante.
Nina Kunzendorf: A veces tienes la suerte de encontrar un alma gemela, una amistad que durará mucho, incluso toda la vida, que te acompañará en todas tus etapas. Lene siente eso por Nelly.
Lene consiguió escapar a tiempo de Alemania, se fue a Londres y a Suiza, y ayudó a su gente desde allí. Pero Nelly escogió su amor por Johnny. Esa fue su primera separación. Después, cuando vuelven a reunirse, Lene intenta ayudar a Nelly, atraerla hacia la vida diciéndole: “Ven conmigo, empecemos algo nuevo”. Pero Nelly vuelve a escoger su amor por Johnny, y Lene siente que la ha abandonado.
Nina Hoss: Lene deja a Nelly: “Me siento más cerca de los muertos que de los vivos”. Me preguntaba lo que haría Nelly, tirarse al tren o encontrar la fuerza para que todo lo que hizo Lene no fuera en vano. Lene la salvó, salvó a muchos más, y tenía planes. Siempre pensé que Lene era la más fuerte de las dos; Nelly vivía más el momento. Lene tenía una idea, un objetivo.
Christian Petzold: Nelly dice: “No puedo regresar de un campo llevando zapatos comprados en París y un vestido rojo”. Y Johnny le contesta con total frialdad: “Claro que puede, si no, no la reconocerán, nadie la verá”. Esta respuesta tiene mucho que ver con lo que dice Jean Améry y otras personas que regresaron de los campos: andaban como fantasmas por Alemania porque nadie les miraba. Pero deben mirar a Nelly, todos deben decir que ha vuelto, y el hecho de que haya vuelto, de que haya sobrevivido, se convierte en: “No ha pasado, no hicimos nada malo”. Nelly es consciente de este razonamiento, pero también quiere que Johnny la “reconstruya”. Es su objetivo y, a la vez, su pesadilla. La reconstrucción implica que su experiencia será borrada para siempre. Nelly anda en la cuerda floja mientras va de un punto de ruptura al siguiente.
Christian Petzold: La gran pregunta era cómo acabar la película. Nelly debía tomar una decisión, pero su decisión no concluye la historia. Seguimos con las preguntas, nada queda resuelto.
La única persona que no reconoce a Nelly es Johnny. Y la misma Nelly. Ella ha perdido algo, él ha traicionado algo. “Exterior, noche. Hotel - Estación de tren”. Nelly empuña el revólver. Sale al andén y avanza hacia el tren que llega. En la sala de montaje pensé que esa escena podría incluir todas las posibilidades de la tragedia romántica clásica: suicidio, asesinato pasional, reconciliación… Pero Nelly toma otra decisión. Es su idea, algo que nadie espera. Nelly acaba la película. No quedaba totalmente claro en el guion. O quizá sí. Pero no llegamos a entenderlo del todo hasta rodar la escena.
Nació en Stuttgart en 1975. Mientras estudiaba en la Academia de Arte Dramático Ernst Busch de Berlín empezó a trabajar en teatro y protagonizó el telefilm “Das Mädchen Rosemarie” (1996). Desde entonces se ha convertido en una de las mejores actrices de teatro y cine de Alemania. Ha sido galardonada con numerosos premios, entre los que destacaremos el Gertrud Eysoldt Ring por “Medea” y el Premio del Cine Bávaro 2006 por La MASÁI BLANCA, de Hermine Huntgeburth.
La hemos visto en LAS PARTÍCULAS ELEMENTALES (2006), de Oskar Roehler; ANÓNIMA - UNA MUJER EN BERLÍN (2007), de Max Färberböck; GOLD (2013), de Thomas Arslan, y EL HOMBRE MÁS BUSCADO (2014), de Anton Corbijn.
Trabaja con Christian Petzold desde 2002. Ganó el Premio Adolf Grimme por el telefilm “Toter Mann” en 2003 y por la película Wolfsburg en 2005, así como el Oso de Plata en el Festival de Berlín y el Premio del Cine Alemán por YELLA (2007). Su siguiente colaboración con el director fue JERICHOW (2008), a la que siguió BARBARA (2012), por la que ganó el Premio Capri Hollywood a la Mejor Actriz Europea.
Nació en Berlín en 1977. Estudió en la Academia de Arte Dramático Ernst Busch. Ha trabajado en los teatros más famosos de Alemania. En 2005 hizo su debut cinematográfico en DER ROTE KAKADU, de Dominik Graf. Entre sus películas más recientes destacaremos 12 PASOS SIN CABEZA, LA LEYENDA DE UN PIRATA (2009), de Sven Taddiken; WIR WOLLTEN AUFS MEER (2012), de Toke Constantin Hebbeln; la miniserie “Weissensee” (2013), de Friedemann Fromm; FINSTERWORLD (2013), de Frauke Finsterwalder; VERGISS MEIN ICH (2014), de Jan Schomburg y ZWISCHEN WELTEN (2014), de Feo Aladag.
Ganó el Premio de la Televisión Alemana y el Premio Grimme por la serie “In Angesicht des Verbrechens”, de Dominik Graf, y de nuevo el Premio Grimme 2014 por “Mord in Eberswalde”, de Stephan Wagner.
Nació en Mannheim en 1971. Estudió en la Academia de Música y Arte Dramático de Hamburgo antes de empezar a interpretar papeles en la compañía teatral de la Deutsches Schauspielhaus de Hamburgo y de la Munich Kammerspiele.
En 2002 debutó en televisión en el telefilm “Marias letzte Reise” (2005), de Rainer Kaufman, con quien volvería a colaborar en otro telefilm, “In aller Stille” (2010), por el que fue galardonada con el Premio de la Televisión Bávara a la Mejor Actriz.
Ganó la Cámara de Oro y el Premio Grimme a la Mejor Actriz por el telefilm “Liebesjahre” (2011), de Matti Geschonnek, y por su papel en la serie “El lugar del crimen” (episodios entre 2010 y 2012) volvió a ganar la Cámara de Oro y el Premio de Televisión Hessen a la Mejor Acriz.
Entre sus papeles para la gran pantalla destacaremos ROSENSTRASSE (2003), de Margarethe von Trotta, y WOMAN IN GOLD (2015), de Simon Curtis.
El examen más descarnado de la culpa en la Alemania postnazi que ha dado el cine reciente. (...) Tan profundamente bella como incómoda. Tan demoledora como tierna. Lúcida y brutal.
EL MUNDO
El desenlace es tan poderoso como triste, de los que no se olvidan.
EL PAÍS
Petzold acierta al evitar el aspaviento emocional y sabe cerrar esta improbable historia de amor desgraciado por todo lo alto.
LA VANGUARDIA
A destacar la interpretación de Nina Hoss, merecedora de numerosos galardones.
LA RAZÓN
Una de las mejores películas del año.
EL DIARIO VASCO
Sin duda la mejor película vista hasta ahora en la competición por la Concha de Oro.
EL PERIÓDICO DE CATALUNYA
Christian Petzold vuelve a unir a la pareja protagonista de Bárbara para un “Vértigo” post-Auschwitz, entregando el papel impulsor al personaje femenino. Brillante.
AVOIR-ALIRE.COM
Christian Petzold es un talentoso narrador cuyo estilo se asemeja al de los maestros del cine negro que no olvida las vueltas y revueltas necesarias para construir una culminación perfectamente orquestada.
VARIETY
Ataca con elegancia un tema de lo más delicado: el regreso a Berlín de una deportada de Auschwitz.
CRITIKAT.COM
Vertiginosa evocación de la Alemania de posguerra y de un perdón imposible.
LES FICHES DU CINÉMA
Con Phoenix, Christian Petzold vuelve a dar un golpe maestro, más aún porque se trata de una de las poquísimas cintas alemanas que enseña las consecuencias inmediatas del Holocausto.
POSITIF
Un drama tan terrible como fuerte y turbador, con dos magníficos actores.
VOICI
Nina Hoss está conmovedora y más que convincente en el papel de una mujer en busca de un amor perdido.
FEMME ACTUELLE
Apoyado por su actriz fetiche, Christian Petzold vuelve a su tema predilecto, la lucha de una mujer por renacer, y consigue un resultado tan sombrío como turbador.
LA CROIX
Un thriller que hiela la sangre, al estilo hitchcockiano, en el que la búsqueda de una identidad avanza entre mentiras para renacer después del Holocausto.
LE DAUPHINÉ LIBÉRÉ
Más allá de cualquier verosimilitud, la película impresiona por la fuerza y la singularidad del suspense apoyándose en los actores y en una puesta en escena calculadísima.
LE JOURNAL DU DIMANCHE
Un melodrama poderoso, conmovedor, turbador, donde se habla de un amor desaforado, de la identidad perdida, de la traición y también, de algún modo, de la esperanza.
LE PARISIEN
Los alemanes arrastran una historia llena de heridas mal cerradas. El regreso de los judíos después del Holocausto forma parte de dicha historia. Christian Petzold se hace con ella y confirma lo que esperábamos de él.
SO FILM
Phoenix, una poderosa alegoría de la regeneración de posguerra y un rico relato hitchcockiano de falsa identidad, vuelve a demostrar que el cineasta alemán Christian Petzold y su estrella favorita, Nina Hoss, forman uno de los mejores dúos director-actriz del momento.
THE HOLLYWOOD REPORTER
Petzold destila una atmósfera densa para crear una obra envuelta en una fuerza estimulante, vibrante, cohesiva y de una sensibilidad estimulante.
THE PLAYLIST
El retrato que hace Nina Hoss de una mujer que no encaja en su entorno no tiene igual.
INDIEWIRE