Sin buscar la ayuda de nadie y sin pedir permiso a nadie, el geofísico ruso Sergey Zimov y su hijo Nikita están reuniendo todos los animales que puedan para transportarlos al rincón más remoto de Siberia, sin importar el precio o las dificultades. Llaman a su proyecto Parque del Pleistoceno. El objetivo: restaurar el ecosistema de la "estepa del mamut" de la Edad de Hielo y evitar un circuito de retroalimentación catastrófico que conduzca al calentamiento global descontrolado. Sergey lo sabía: hace quince años publicó en la revista Science un artículo donde mostraba que los suelos árticos congelados contienen el doble de carbono que la atmósfera de la tierra. El problema es que los árticos están empezando a derretirse.