Cuando la banda de “la madrina” le encomienda un trabajo aparentemente sencillo —intimidar a un negocio que les debe dinero—, “el galgo” pronto descubre que nada en este paisaje corrupto es simple. Lo que comienza como una tarea menor se convierte en una serie caótica de enfrentamientos violentos, obligándolo a enfrentar no solo las amenazas externas, sino también sus propios demonios interiores.