En 2009, un hombre y dos cómplices intentan desalojar a los miembros de la comunidad indígena de Chuschagasta, en el norte de Argentina. Reclamando la propiedad de la tierra y armados con pistolas, matan al líder de la comunidad, Javier Chocobar. El asesinato queda grabado en vídeo. Tras nueve años de protestas, en 2018 se abre finalmente un proceso judicial. Durante todo este tiempo, los asesinos siguen libres. La película combina las voces y fotografías de la comunidad con imágenes de los tribunales para explorar la larga historia de colonialismo y despojo de tierras que condujo a este crimen.