Rodada con actores no profesionales, en el más puro estilo Bresson, y basada libremente en el Crimen y castigo de Dostoievski, esta película es considerada por muchos como un titulo imprescindible de la historia del cine. Fue finalista al Oso del Festival Internacional de Berlín.
Un joven decide probar la experiencia de robar carteras por la calle. Aunque es apresado rápidamente y su breve estancia en comisaría le permite reflexionar sobre su actividad criminal, una vez liberado y tras la muerte de su madre, decide convertir dicha actividad en su arte.