Ana Nathalie Poza
Ana es buena gente. No se guarda nada para ella. Siempre intenta
ayudar a los demás y sabe cómo hacerlo. Su problema es que se olvida
demasiado de sí misma.
Nathalie es una actriz que trabaja con el único y el más grande
registro: la verdad. No ahorra un solo esfuerzo ni se guarda nada. En ese
sentido es igual que su personaje, tiene la misma pasión, la misma
bondad que él. Como actriz es un regalo, porque todo lo que tiene
te lo da. Experimenta, se deja llevar y aporta. A mí me encanta observarla
trabajar, s é que disfruta de cada segundo.
Carlos Eman Xor Oña
Carlos no vive en el presente. No está. Huye continuamente y oculta
su corazón. Es su manera de sobrevivir.
Eman tenía la fuerza y la mirada para interpretar ese personaje que
se oculta detrás de la coraza. Alguien que no está contento
con su vida, que no encuentra el lugar donde quedarse y nunca acaba de sentirse
relajado. Convirtió a Carlos en un personaje duro y desamparado al
mismo tiempo, alguien al que puedes odiar y querer, pero al que siempre acabarás
entendiendo.
Mikel Javier Cámara
Para Mikel, su gran pasión era el ajedrez, hasta que la cárcel
le cambió la vida. Y lo que le ocurrió allí, le convirtió en
otra persona. Mikel es un personaje lleno de enigmas. Sus sentimientos se
van filtrando poco a poco.
Javier ha sido un Mikel perfecto, no puedo imaginarlo mejor. Con una pasión
por su personaje que me dejaba fascinado cada día. Mikel iba creciendo
con Javier en cada escena, como si fuera algo natural. Y, sin embargo, yo
no diría que Javier es uno de esos actores de los que llamaríamos
de “método”, pero es un actor tan honesto que yo me pasaría
horas y horas rodando con él.
Gonzalo Gonzalo Pedrosa
Se supone que ya tiene edad para comportarse como un adulto pero nadie le
ha preguntado si quiere hacerlo. Se siente solo, demasiado solo para hacerlo.
Encerrarse en su habitación es su manera de huir.
Gonzalo es la primera vez que actúa, pero tiene dos cualidades hermosas
para alguien que quiere ser actor: misterio y mirada. Su personaje necesitaba
mucho de ambas. El reto era contar lo que le pasaba sin apenas palabras.
Lo hizo como si fuera un actor con experiencia y disfrutó. Creo que
esto último fue lo más importante.
Laura Leonor Watling
Laura se hace daño. Siempre ha sido así, incluso antes del
accidente que la dejó paralítica. Por eso comparte su vida
con un hombre al que no ama y se enamora del que no es posible.
Leonor es una actriz poderosa: su mirada, su piel… Una mujer que atrapa.
En esta película debía interpretar a alguien que podía
haber sido una princesa, pero que se desprecia a sí misma. Un personaje
doloroso para cualquier actor. Leonor se entregó como si se hubiera
puesto una venda en los ojos y se hubiera lanzado al abismo. Fue una actriz
valiente.
Fabré Fernando Echebarría
Fabré piensa que lo da todo en su amor por Laura y que apenas recibe
nada a cambio. Pero, en realidad nunca ha tenido en cuenta los sentimientos
de ella, sólo los suyos.
Fernando aportó al personaje emoción, clase e inteligencia.
Le dio a Fabré un matiz ambiguo y perturbador que hacía que
su personaje estuviera a medio camino entre alguien a quien puedes llegar
a temer y alguien que te puede conmover.
Pascual Pere Aquillué
A Pascual nunca se le pasó por la cabeza que pudiera acabar en la
cárcel. Tampoco lo que allí le ocurrió. Ahora quiere
volver a su rehacer su vida y olvidarse de todo. En el fondo, tiene mucho
miedo.
Pere tiene una fuerza como actor tremenda: su voz, su mirada… sientes
que cuando estás delante de él te encuentras delante de alguien
que es capaz de generar una energía que te va a atraer. Y, al mismo
tiempo, es un actor muy sutil, que debajo de esa fuerza esconde fragilidad
y corazón.