Contexto
La producción no se enfrentó a obstáculos, sino a imposibilidades, como les ocurre a los habitantes de La Bañera y a las auténticas comunidades en las que se inspira la película, que sobreviven a pesar de la naturaleza, el gobierno y la falta de recursos. Los personajes de bestias del sur salvaje y las personas que hicieron posible la película no consideran los retos como obstáculos, el reto es la premisa básica. Hacer, fabricar, vivir a pesar de todo.
Una mezcla inusual de artistas, animadores, carpinteros, montadores, músicos y narradores conforman la productora Court 13, que al ser una comunidad insólita, hace películas acerca de comunidades insólitas. ¿Puede haber un lugar mejor que Nueva Orleans y sus pantanos, una región que ha forjado una cultura y una tradición de siglos a fuerza de vivir en un entorno de lo más inhóspito? ¿En qué otro lugar se da una fiesta para celebrar una tormenta? ¿Dónde se monta un desfile para llevar al muerto a enterrar? ¿De dónde surge esa música atemporal que obliga a los pies a moverse en un suelo a punto de hundirse?
Pero bestias del sur salvaje nació de una asociación con otra productora, Cinereach. Después de ver “Glory at Sea”, la productora decidió que las fantasías creativas del siguiente proyecto de Benh Zeitlin se harían realidad. La tercera productora fue Journeyman Pictures, representada por Paul Mezey, que dilapidó sabiduría y consejos durante toda la producción.
Los orígenes
Benh Zeitlin y Lucy Alibar son amigos desde la adolescencia, y el realizador siempre había pensado en adaptar una de las obras de la escritora para un corto. Pero al ver una representación de “Juicy and Delicious” en 2008, decidió que la historia creada por la dramaturga merecía ser transformada en un largo. Sin embargo, la obra de Lucy Alibar transcurría en un mundo mágico y surrealista carente de toda regla, y Benh Zeitlin decidió usar el realismo como punto de partida, aunque la experiencia de Hushpuppy se volvería cada vez más fantástica a medida que todo se desmoronara a su alrededor. El núcleo de la película, al igual que la obra, se apoyaría en una cualidad básica de la pequeña heroína: el valor emocional y la valentía que hace falta para despedirse de un ser amado.
El realizador y la escritora trasladaron la acción al sur de Luisiana, cuyos habitantes siempre están dispuestos a reír y a pasar un buen rato a pesar de que las orillas de los pantanos se hunden delante de ellos y los pueblos se llenan de agua. El horizonte de la película aumentó para incluir la pérdida de un entorno además de una persona: la muerte de Wink tiene un paralelismo con la desaparición de su hogar. La Bañera es un pueblo inventado, situado en la punta más meridional del país, que no está basado en ningún pueblo real, sino en diversos elementos culturales del sur de Luisiana.
Benh Zeitlin y Lucy Alibar se refugiaron en un pueblecito donde acaba la carretera y empieza el mar, a unos 125 kilómetros al suroeste de Nueva Orleans, para escribir el guión. Los cinco pantanos que se extienden al sur de Houma como cinco dedos hasta llegar al océano, los habitantes del lugar (pescadores y petroleros) y su modo de vida proporcionaban el entorno ideal. Desde el primer momento decidieron que el mundo de La Bañera estaría un poco más allá de la realidad. Sin embargo, el lugar aportó ideas al guión. Por ejemplo, un autobús escolar abandonado y un enorme bidón oxidado se convirtieron en el hogar de Hushpuppy. Pero Benh Zeitlin siempre supo que situar la película en un lugar específico disminuiría el impacto de la historia, mientras que si borraba cualquier referencia, enriquecería la experiencia del espectador. Consecuentemente, creó con Lucy Alibar un cuento en un universo alternativo que, a todas luces, necesitaría recursos de una superproducción de cien millones de dólares. Uno de los primeros retos que parecía imposible superar era cómo crear y destruir este mundo con un presupuesto reducido.
Por suerte, la película había sido aceptada por el Laboratorio de Directores, Guionistas y Productores del Instituto Sundance. El laboratorio de guionistas les aportó una ayuda fundamental para pasar la obra de teatro al guión; el de directores contribuyó con ideas creativas y, finalmente, el de productores supo guiar el proyecto para hacerlo más compacto y ejecutable.
Reparto
El éxito de la película dependía de encontrar a alguien capaz de calzarse los diminutos zapatos del enorme personaje de Hushpuppy. Los cineastas se enfrentaban a otra imposibilidad: ¿qué niña podía ser capaz de llevar toda una película?
La búsqueda empezó a principios de 2009 en un aula que se convirtió en despacho y escenario de las pruebas donde el departamento de casting de Court 13 empezó a entrevistar a niñas entre 6 y 9 años. Al cabo de cuatro meses decidieron abandonar Nueva Orleans y seguir en la zona de pantanos donde estaban Benh Zeitlin y Lucy Alibar. La búsqueda incluyó ocho parroquias. Al cabo de un año, después de haber buscado en escuelas, iglesias y congregaciones, y de haber visto nada menos que a 4.000 niñas, por fin apareció la que buscaban. Vivía en Houma, donde se rodaría la película, entre las barcas y los pantanos que le sirven de telón de fondo. No tenía entre 6 y 9 años, sino 5 la primera vez que hizo una prueba. Quvenzanhé Wallis ya era una microfuerza de la naturaleza capaz de una enorme concentración, con una poderosa imaginación e inteligencia emocional. Un auténtico huracán de humor y carisma natural.
Aún quedaba por encontrar al hombre que haría de padre de Hushpuppy. El proceso fue similar al de las niñas. La prueba consistía en una conversación antes de improvisar una escena interpretándose a sí mismo. El departamento de reparto buscaba a alguien que nunca hubiera actuado.
Cuando Benh Zeitlin revisaba las grabaciones de las pruebas, siempre acababa volviendo a la del Sr. Dwight Henry, dueño de una fantástica panadería y pastelería. Seis meses después descubrieron que ensayar con Dwight Henry no sería cosa fácil: trabajaba desde medianoche a mediodía, y dormía por la tarde. La única solución fue ensayar en la panadería, entre las dos y las cinco de la mañana, mientras preparaba el pan. Pero Dwight Henry supo hacerse con el papel.
El resto del reparto procede de la ciudad de Nueva Orleans y de la zona donde se rodó la película.
Los Uros
Una vez acabado el casting, quedaba otro reto por superar. Uno de los principales elementos del guión eran unos animales míticos, apocalípticos y feroces llamados uros. La idea era que estas criaturas prehistóricas se habían quedado atrapadas en los glaciares hacía muchos miles de años y que habían recuperado la vida al descongelarse esos glaciares debido a unos tremendos cambios climáticos. ¿Cómo se puede crear un desfile de monstruos que anuncian un inminente apocalipsis sin disponer de un presupuesto monstruoso? Mientras el primer equipo, dirigido por Benh Zeitlin, empezaba a rodar en el pantano, la segunda unidad con base en Nueva Orleans intentaba resolver el problema.
La solución nació en un parque de bomberos vacío en el barrio de Marigny, propiedad de otro exalumno del Instituto Sundance y padrino del cine independiente de Nueva Orleans. Era comparable a un laboratorio con peceras gigantescas, pueblos en miniatura y corrales en la parte trasera. La idea era captar imágenes de unos sucedáneos de uros, unos cuantos animales acostumbrados a trabajar delante de la cámara. El paso siguiente era colocar unas máscaras hechas a mano en la cabeza de estos animales de grandes ojos y pacífica mirada para transformarlos en temibles criaturas peludas de inmensa cornamenta. Los decorados en miniatura de la edad del hielo fueron construidos con suma meticulosidad.
El rodaje
En enero de 2010, Court 13 ocupó sus nuevas oficinas en Montagut, Luisiana, en lo que antes se conocía como “Gasolinera y parada Claude Bourg en tierras cajún”. El lugar era ideal para la película. La tienda se convirtió en despacho; el enorme taller era ideal para el departamento artístico y la zona antaño dedicada a la limpieza de gambas fue acondicionada para el departamento de atrezo. Además, una tercera parte de la película acabó rodándose en el solar de la parte trasera, y otra tercera parte, a 15 minutos.
La joya de la corona del departamento artístico, un gigantesco barco de guerra convertido en aula flotante, estaba atracado en el pantano contiguo, desconcertando a cualquiera que lo veía por primera vez. Un camión lleno de equipo eléctrico cedido generosamente por Rooftop Films and Eastern Effects facilitó enormemente la vida a los eléctricos.
El rodaje empezó el 20 de abril, fecha que se ha quedado grabada en la memoria colectiva de los habitantes de Luisiana por ser el día del desastroso vertido de crudo de BP, a unos 160 kilómetros del pantano donde se rodaba bestias del sur salvaje. La filmación se prolongó durante 40 días en Montagut, Houma, Bourg, Pointe-Aux-Chênes, Mandeville y Slidell, más otros 7 días en Nueva Orleans para que la segunda unidad rodara los efectos especiales con los uros. Cada día de rodaje representaba una lucha en el pantano: eran muchas horas, hacía calor, había mucha humedad, los niños estaban de mal humor, Dwight Henry se quedó sin voz, se comía demasiado porque todo estaba buenísimo. Hubo explosiones, un encuentro inesperado con el FBI, varios vehículos ardieron cuando no debían, otros no ardieron cuando debían, algún que otro vecino agresivo sacó la escopeta, una compañía petrolera se apoderó de un decorado para limpiar el desastre que habían causado en alta mar… Pero una diminuta niña de seis años nunca perdió el buen humor y siempre estaba dispuesta a hacer más.
La posproducción
Benh Zeitlin y el montador Crockett Doob se enfrentaron a una montaña de metraje rodado. Durante meses se dedicaron a reducirlo hasta obtener la duración ideal para contar la historia. Además de guionista y director, Benh Zeitlin también es uno de los compositores de la banda sonora. Los productores decidieron que se necesitaba otro año para que pudiera supervisar adecuadamente todos los procesos de la posproducción.
Por suerte hubo otro milagro al obtener una subvención para la posproducción por parte de la Fundación Kenneth Rainin, de la Sociedad Fílmica de San Francisco, que permitió a los productores contratar a los mejores artistas de efectos visuales de la zona de San Francisco para que las escenas de los uros encajaran a la perfección dentro de la película. La Sociedad Fílmica volvió a conceder una segunda subvención para que los famosos Skywalker Labs se ocuparan de parte del sonido.
Por fin, Benh Zeitlin y el compositor Dan Romer se sentaron a componer la banda sonora a finales de 2011. Habían compuesto la partitura de “Glory at Sea”, que posteriormente fue usada para los vídeos de la campaña electoral de Obama en 2008 y para un anuncio de Google Chrome. Los compositores se pusieron en contacto con el legendario grupo local The Lost Bayou Ramblers para tocar varios temas típicos de la región. Pero la pregunta era la siguiente: cuando Hushpuppy abriera su peculiar caja de música mental, ¿qué melodía se oiría?