DANIS
TANOVIC
Nacido
en Bosnia-Herzegovina, Danis Tanovic ha dirigido algunos
documentales muy reconocidos, algunos de los cuales
fueron producidos por organismos tan importantes como
el Gobierno Bosnio o la Oficina Humanitaria Europea.
Varias de esas películas narran los efectos de
la guerra de Bosnia sobre la gente que vive allí
o que estaba directamente implicada en la lucha.
Uno de esos filmes es Portraits
d´artistes pendant la guerre (1994),
un trabajo centrado en la vida de cuatro artistas durante
el cerco de Sarajevo. El extraordinario trabajo de Tanovic
se ha visto recompensado con los numerosos premios que
ha acumulado
a lo largo de los años. L´aube
(1996) obtuvo el Gran Premio del Festival de Cine de
Auxerre, el Premio al Mejor Documental en los Premios
Echo de la Unión Europea y el primer premio en
el Festival de Cine de Friburgo. Su película
Ca Ira (1998),
que trataba sobre la vida en la Bosnia actual, también
fue reconocida en el Festival de Cine de Réel
en París. Además de trabajar en sus propias
películas, Tanovic fue responsable de los archivos
de cine del ejército bosnio para los que rodó
más de 300 horas en la línea del frente
de Sarajevo. Este material se ha usado en múltiples
reportajes en todo el mundo. El realizador ha dirigido
también algunos trabajos comerciales, entre ellos
la campaña electoral bosnia.
NOTAS DEL DIRECTOR
Me
acuerdo de los extraños sentimientos que tuvimos
cuando comenzó la guerra de Bosnia, cuando podías
ver el agujero negro de una bala en una pared o un cráter
causado por un obús en medio de un campo. Imagina
que alguien sobreimpusiera una fotografía en
blanco y negro sobre un cuadro de Van Gogh y de esa
forma podrás entender lo que uno siente cuando
ve algo así. Esa falta de armonía provocaba
una especie de shock visual. Te hacía sentir
desgraciado y desamparado.
Este shock es lo que he tratado de mostrar en mi película.
Por un lado un largo día de verano donde
la naturaleza es armónica y los colores vivos
y por el otro, los seres humanos y la negrura de su
locura. Quería que ese largo día de verano
reflejara la atmósfera de toda la película:
los movimientos son pesados, los pensamientos son difíciles
de entender del todo, el tiempo pasa lentamente y la
tensión permanece escondida. Escondida pero presente.
Cuando finalmente estalla es como los fuegos artificiales:
ocurre de repente, de una manera ruidosa y muy rápida.
Las panorámicas del paisaje se mezclan entonces,
inesperadamente, con pequeños detalles de la
acción. Esto dura unos instantes y luego la tensión
desaparece de nuevo, a la espera de una nueva oportunidad
para sorprendernos. Y el tiempo vuelve a transcurrir
lentamente. Quería que la película estuviera
repleta de contrastes y elementos inarmónicos.
Pero también tenía que mostrar que la
falta de armonía y el odio no son naturales y
que no aportan ninguna solución. Leí en
alguna parte que el amor lleva la armonía a un
conflicto sin que ninguna de las partes se destruya.
El odio hace justamente lo contrario. Si el odio fuera
el principio por el que se rigiera nuestra sociedad
no quedaría ningún tipo de oposición
en el mundo. Pero, como el fuego y el agua coexisten,
creo que es el amor el que dirige el mundo.
Los personajes de esta historia son bastante semejantes.
Se trata de gente corriente, casi antihéroes,
prisioneros en las garras de la guerra. Un soldado atrapado
por azar tras una línea enemiga podría
encontrarse perfectamente en el otro lado. Sólo
su nombre sería diferente.
No estoy tratando de negar ninguna responsabilidad por
las atrocidades cometidas durante la guerra de Bosnia.
Nunca haría algo así porque por una parte
hubo víctimas y por otra hubo gente que cometió
crímenes. Pero el planteamiento de la película
no es acusar; la historia no está señalando
a los que lo hicieron mal. La cuestión es alzar
la voz contra este tipo de guerras. Es mi voto contra
la violencia de cualquier tipo.
Durante años para ser exactos desde
Antes de la lluvia (Before the Rain) de
Milcho Manchevski habíamos estado buscando
un proyecto que hablara de lo absurdo de las guerras
que han asolado la ex-Yugoslavia. En septiembre de 1999,
el director bosnio Danis Tanovic dejó un guión
en nuestra oficina. No llamó, no insistió,
no sabíamos nada de él excepto que venía
de Sarajevo y que había estudiado cine en Bélgica.
Lo leímos y nos encantó. El guión
era No man´s land.
Firmamos un contrato con él en octubre de 1999.
El siguiente paso fue pasarle el guión a Marco
Müller, director del Festival de Cine de Locarno
y encargado de producción de una empresa de Treviso,
y a Marion Hänsel, directora, actriz y productora
belga. Una tarde, en el Festival de Cine de Sao Paulo,
donde ambos estaban en el jurado, decidieron coproducir
el filme. Las dos productoras, Fabrica (Italia) y Man´s
Film (Bélgica) se comprometieron con el proyecto.
Simon Perry, que en aquellos momentos era director de
British Screen y de European Co-production Fund, se
unió más tarde, durante un encuentro de
los productores en París. Su aportación
fue esencial para hacer posible la película.
Nuestros coproductores de Antes
de la lluvia (Before the Rain), Cat Villiers
y Judy Counihan, eran la elección más
lógica como coproductores británicos.
La estructura financiera del filme se iba haciendo así
realmente europea.
El paso final fue nuestra decisión de rodar la
película en Eslovenia. Antigua república
de Yugoslavia, ofrecía todos los elementos que
necesitaba el filme: se parecía mucho a Bosnia
desde el punto de vista geográfico, el país
es tranquilo, sus equipos técnicos están
entre los mejores de Europa y su lengua, aunque diferente,
resulta sencilla para gente que viene de otras repúblicas
yugoslavas, sobre todo el director y los actores. Los
coproductores de Eslovenia, Dunja Klemenc e Igor Pedicek
de Studio Maj y Casablanca apoyaron el filme a través
del Slovenian Film Fund, que también participó
en el proyecto. Una vez conocidos los coproductores,
el apoyo de Eurimages fue un factor esencial para hacer
realidad esta producción internacional.
Lo teníamos todo menos a los actores. El hecho
de rodar en Eslovenia nos facilitó mucho el trabajo
de selección. Los tres actores principales eran
originarios de Eslovenia o de la vecina Croacia. Bosnia
estaba también muy próxima y podíamos
utilizar secundarios y figurantes de Sarajevo. El director
fue varias veces a Bruselas para buscar a sus personajes
franceses entre los jóvenes actores
de este país. La elección de Katrin Cartlidge
fue algo natural ya que conocía a la mayoría
de los productores tras su inolvidable experiencia en
Antes de la lluvia (Before
the Rain). Y en cuanto a Simon Callow, también
elegido por los productores, resultó del agrado
del director.
Danis
Tanovic , el director de cine bosnio, de 32 años,
que consiguió el Premio al Mejor Guión
en el Festival de Cannes del pasado mes de Mayo
por su filme No manís land, ha sido condecorado
Caballero de las Artes y de las Letras por el Ministerio
francés de Cultura por sus realizaciones
en el terreno del arte y de la literatura. La ceremonia
se celebró, en el centro cultural André Malraux
de Sarajevo el pasado 9 de Agosto, Tanovic vive
ahora en Francia y tiene la nacionalidad belga.
[AFP] |
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