Mongolia Interior ocupa el 12% del territorio chino y es más o menos como Francia y España juntas. Entre las 49 minorías que ocupan este vasto territorio, los mongoles son el mayor grupo étnico. Los mongoles son conocidos por su fuerza y su resistencia, dos cualidades posiblemente forjadas a través de los tiempos.
En el pasado, los mongoles eran nómadas; seguían el agua y los pastos para sus rebaños de cabras y ovejas. Muchos siguen siéndolo hoy en día. En algunas regiones, viven en las estepas como hacían sus antepasados, en tiendas hechas de madera y alfombras. Estos “yurts” de forma redonda les protegen del terrible viento y son muy ligeros, fáciles de desmontar y transportar, adaptados a la vida nómada. Los mongoles se alimentan básicamente de carne y mantequilla de oveja; beben té hecho con leche y consumen alcohol a diario para protegerse del frío.
Pero cada vez es más difícil mantener una vida nómada en un país en pleno desarrollo. Para explotar los recursos naturales, el gobierno chino apoya la industrialización indiscriminada sea donde sea. Mongolia Interior, con sus abundantes recursos de carbón, cachemira, gas natural y otros minerales menos comunes pero no menos apreciados, se ha convertido en uno de los grandes objetivos de la política económica gubernamental. Para ello, se obliga a los nómadas a emigrar a pueblos de mayor tamaño o a la ciudad. Muchos de ellos lo hacen gustosamente, pero algunos prefieren seguir viviendo como han hecho siempre.