PETER MULLAN (Director y guionista)
Es actor, guionista y director. Como actor tiene en su haber películas como Mi nombre es Joe de Ken Loach, por la que ganó el Premio al Mejor Actor en Cannes 1998; On a Clear Day de Gaby Delisle; Criminal de Greg Jacobs, producida por Steven Soderberg y George Clooney; Out of this World de Junji Sakamoto; Kiss of Life de Emily Young; Young Adam de David Mackenzie; El perdón de Michael Winterbottom; Miss Julie de Mike Figgis; The Neighbours de David McKay y Harry Potter y las reliquias de la muerte. También ha trabajado en numerosas series de televisión, “The Fixer” es la más reciente, y en obras de teatro.
Antes de NEDS dirigió tres cortos, “Close” (Premio Marc Samuelson 1993 a la Mejor Película), “Good Day for the Bad Guys” y “Fridge” (ganador del BAFTA Escocés); y dos largos, Orphans, (Premios ISVEMA, Pierrot y de la Crítica en el Festival de Venecia 1998, Mejor Película en el Festival de París 1998), y Las hermanas de la Magdalena (León de Oro en el Festival de Venecia 2002; Premio Descubrimiento en el Festival de Toronto 2002 y Premio Media en el Festival de Cannes 2003).
NEDS es su tercer largometraje.
ENTREVISTA CON PETER MULLAN
por Ricardo Aldarondo (Diario Vasco).
Cuando empezó a dirigir, ¿Tenía previsto dedicar una serie de películas a la adolescencia y la educación, y un cierto realismo social?
Más que películas de realismo social, quería hacer películas que tuvieran algo que decir, pero en cualquier género. No fue algo premeditado el tipo de películas que he hecho hasta ahora.
Trabajó con Ken Loach en “Mi nombre es Joe”. ¿Su cine social le ha influenciado de alguna manera a usted?
Me influyó mucho cuando era un chaval, pero creo que me impactaron aún más películas como “El ángel exterminador” de Luis Buñuel , que vi cuando tenía 15 años y me dejó impresionado y me encantó. O también “if” de Lindsay Anderson, el cine de Vittorio de Sica, “La batalla de Argel” de Gillo Pontecorvo... y luego fui descubriendo a Kurosawa, Eisenstein…
¿Por qué eligió interpretar ese pequeño papel pero importante papel del padre borracho y maltratador y no cedérselo a otro actor?
El personaje tiene cierta relación con mi propio padre. Pero mi padre era aún peor que éste. En principio pensaba ofrecerle el papel a Brendan Gleeson y que estuviera como sustituto en caso de que él no pudiera. Pero claro, yo resultaba mucho más barato, creo que me pagaron 500 euros por ocho días de trabajo de actor. Así que al final lo hice yo mismo. Mi hermano tenía miedo de que me afectara psicológicamente, que me enfrentara a cosas del pasado perturbadoras sobre mi padre. Tuve una infancia bastante disfuncional. Pero yo no estaba preocupado… ¡y fue muy divertido! Para mí era como un juego y como yo era también el director de la película, no me podía quejar. Fue gratificante, aunque me tenía que convertir en un monstruo.
La película se sitúa en Glasgow en los años 70, pero el problema que cuenta permanece en la actualidad. ¿Por qué decidió ambientarla en los 70?
Por una cuestión brechtiana, me gusta la idea de Bertold Brecht que dice que ver las cosas con una cierta distancia, con una perspectiva histórica, permite entender mejor, sin enredarte en los detalles contemporáneos que pueden acabar por hacer más confusa la historia. Tal vez no atraiga a los jóvenes de hoy en día una historia de los años 70, ya veremos si es así o no cuando se estrene la película. Pero creo que esa perspectiva puede ayudar a entender mejor lo que está ocurriendo hoy en día.
La historia de “Neds”, ¿está basada en un caso real o es completamente inventada?
Es una historia personal en el sentido de que recuerdo muy bien los sentimientos de mi época de adolescencia y algunas situaciones similares a las que se ven en la película, aunque no tan fuertes. Pero la historia en si es una ficción.
¿Ha sido complicado dejar el peso dramático de la película en un chico de 16 años sin ninguna experiencia como actor?
Tuvimos mucha suerte al encontrar a Conor McCarron. Pusimos un anuncio en le periódico, pidiendo chicos de 16 años. Conor no tenía prácticamente experiencia de actor, pero enseguida vimos que tenía lo necesario, esa mirada que sabe resistir a una cámara en primer plano.
¿Dejó que los chavales fueran espontáneos?
Me preocupaba cómo se iban a comportar los chicos así que monté un “club de la lucha” para que aprendieran a pelear con la única regla de que no podían hacerse daño unos a otros. En la escena del puente, les dije: “Si alguien resulta herido, os despido a todos”. Pero lo hicieron muy bien. Menos mal, porque no podía echarles a mitad de película…
COMENTARIOS DEL DIRECTOR
Creo que la palabra “impresionista”, aunque no sea la única, es la que mejor describe mi enfoque general a la hora de filmar NEDS, en el sentido de que la composición, la puesta en escena, etcétera, están determinadas tanto por la vida interior de John, el protagonista, como por los acontecimientos y personas que le rodean.
Tomaré como ejemplo las escenas del principio de la película. John sale del feliz entorno protector de la escuela primaria para entrar en otro feliz acontecimiento – esta vez, de adultos –, una boda. Desde un plano alto, tomado desde el hombro del Cristo en la cruz, bajamos entre el colorido confeti que cae sobre los sonrientes invitados y los alegres niños hasta John, que contempla con felicidad el premio que le han dado. La sombra de Canta oscurece al niño antes de que sus palabras rompan la ensoñación de John. A partir de este momento, la escena se filma desde el punto de vista de John: Canta, recortado de forma casi demoníaca contra un cielo azul, tal vez demasiado azul; el director del colegio (antaño autoritario), ahora tan impotente como Cristo en la cruz; su madre y su tía, demasiado embelesadas por la boda para darse cuenta del apuro de John. El impacto de la amenaza de Canta se hunde en lo más profundo de la psique de John, y los techos bajos, la pobreza de su hogar, dominado por la oscura y amenazante presencia del padre, simbolizan la rendición interior del niño. Las calles también se vuelven amenazantes, sobre todo durante los sombríos y turbios anocheceres. Hasta que una noche aparece su llamativo y fanfarrón hermano Benny en la mancha luminosa de una farola.
Quería que fuese una película atrevida; crear un mundo único, misterioso, volátil y a menudo violento, que girase alrededor de un chico que intenta encontrar su lugar desesperadamente.