¿Hasta qué punto el personaje de Teresa se parece a usted? ¿Había estado en África, había conocido a africanos y a algún beach boy antes del rodaje?
No, para nada. Había ido de vacaciones a Túnez y había trabajado en una obra de teatro con inmigrantes. Hablé con los príncipes negros de las playas por primera vez durante el casting. Les hice preguntas indiscretas acerca de sus experiencias con mujeres blancas. Y me quedé atónita al enterarme de que consideran a las sugar mamas como algo fantástico. Uno incluso me dijo que había presentado su sugar mama a sus hijos.

¿Fue fácil meterse en la piel de Teresa?
No me enamoré, pero entendí la situación. Te sientes con diez años menos cuando estás delante de esos hombres jóvenes, vuelves a ser parte del juego. De pronto, era deseable de nuevo, fue una sensación muy agradable. Entiendo perfectamente que una mujer pueda ir a África a buscar un amante.

De todas las escenas, ¿cuál le impresionó más?
Todas me impresionaron mucho.

¿Y la más difícil? Ulrich Seidl no tiene fama de ser un director cómodo.
Subir y bajar las escaleras unas cien veces o andar con tacones, ¡qué horror! “Vamos, otra vez. No, una más”. Me entraron ganas de estrangularle.

¿Y las escenas de desnudo? Desde luego siempre son difíciles. Pero tuve la impresión de que lo eran aún mucho más para los actores africanos. Son muy tímidos, incluso recatados. Siempre llevan dos o tres calzoncillos y nunca se bañan desnudos. Y no me pregunte cómo puede ser compatible con el turismo sexual… De hecho, prefieren desnudar a desnudarse. Además, los actores no teníamos guión durante el rodaje. Ulrich Seidl me decía con solo unos minutos de antelación lo que esperaba que hiciera en la siguiente escena.

¿Cómo fue trabajar con él? Era su primera colaboración.
Creo que es bueno saber lo que uno quiere desde el principio. Hay dos posibilidades, aceptar y confiar en Seidl, o negarse a trabajar con él. Y si se trabaja con él, hay que aceptar que quien dirige y decide es él. Sabe cómo hacer que los actores saquen cosas de sí mismos de las que se creían incapaces. Entran ganas de demostrarle que podemos hacerlo, y funciona. Dicho eso, me habría gustado catar un poco más la zanahoria y menos el palo.

Teresa MARGARETHE TIESEL
Munga PETER KUZUNGU
La amiga de Teresa INGUE MAUX
Sugar mama 1 DUNJA SOWINETZ
Sugar mama 2 HELEN BRUGAT
Gabriel GABRIEL NGUMA MWARUA
Salama CARLOS MKUTANO (WOLF)



Ulrich Seidl trabaja con el mismo equipo desde hace varios años, personas a las que es fiel y que, sobre todo, le son fieles, algo muy difícil tratándose de una producción y un rodaje que puede prolongarse durante más de un año.

Directores de fotografía
Wolfgang Thaler se encargó de la fotografía del documental “Spass ohne Grenzen” (1998) y ha trabajado en todas las películas ulteriores de Ulrich Seidl, Días perros, Jesús, Du weisst e Import Export. Thaler también trabaja con Michael Glawogger (Whores’ Glory). El director de fotografía estadounidense Ed Lachman se unió a Wolfgang Thaler para Import Export. Ha trabajado con realizadores de la talla de Robert Altman, Wim Wenders, Steven Soderbergh y Todd Haynes.

Sonido
Ekkehart Baumung ya pertenecía al equipo que realizó el documental “Good News” (1990). Hablando de él, Ulrich Seidl dice: “En todas mis películas, sean de ficción o documentales, el sonido directo es un elemento esencial de la autenticidad, y Ekkehart Baumung es un maestro del sonido directo”.

Montaje
Christof Schertenleib y Ulrich Seidl se conocieron cuando estudiaban juntos en la Academia de Cine de Viena. Se ha ocupado del montaje de casi todas las películas del director.

Guión
Veronika Frantz trabaja y vive con el realizador desde 1996. Periodista de profesión, ha coescrito todos los guiones de Ulrich Seidl desde Días perros.