Lights in the Dusk concluye la trilogía que empezó con Nubes pasajeras y Un hombre sin sombra. La primera película de la trilogía hablaba de un hombre en paro y la segunda, de un hombre sin techo, el tema de Lights in the Dusk es la soledad.
Al igual que el pequeño vagabundo encarnado por Chaplin, el protagonista de la película, el guarda de seguridad Koistinen, busca una pequeña rendija por la que apartarse de este cruel mundo, pero los hombres y la sociedad se encargan de aplastar sus modestas esperanzas una tras otra.
Unos mafiosos se sirven de su deseo de amor y de su profesión para un robo del que es acusado. Lo consiguen gracias a la ayuda de la mujer más calculadora y fría de la historia del cine desde Eva al desnudo (1950), de Joseph L. Mankiewicz. Koistinen pierde su trabajo, su libertad y sus sueños.
Pero, por suerte para el protagonista, el director de la película tiene la reputación de ser un viejo tierno, lo que nos lleva a creer que algún rayo de esperanza iluminará la última escena.
Aki Kaurismäki
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