Chuyia es una niña de 8 años con ojos brillantes
llenos de vida y con una melena que le llega más abajo de la cintura.
Lleva una pulsera roja en cada muñeca y cadenitas en los tobillos.
Hace poco que su familia la ha casado con uno de los hombres más
ricos del pueblo con la idea de que cuando crezca, pueda mudarse a su
casa y convertise en una esposa de verdad. Pero el plan se desbarata cuando
el hombre enferma y muere. Chuyia, ya viuda, es obligada a ingresar en
un “ashram”, una casa para viudas, donde pasará el
resto de su vida. Como viuda, debe expiar las faltas que causaron la muerte
de su marido.
Madhumati, una viuda de unos 70 años, es la matriarca de
la casa. Durante el día, se sienta en el patio dando órdenes
a las otras viudas. De noche, tumbada en la cama, fuma “ganja”
(marihuana) mientras escucha los chismorreos que le cuenta Gulabi, su
único amigo, eunuco y alcahuete.
Shakuntala es una de las catorce viudas que comparten el ashram.
Quizá sea la más enigmática de todas; es guapa, culta
e inteligente. Silenciosa y reservada, está dividida entre la desesperación
de vivir el resto de su vida como viuda y su fe en la religión
hindú.
Kalyani es preciosa, la única viuda a la que no se le ha
cortado el pelo debido a la profesión que adoptó a temprana
edad, obligada por la poderosa Madhumati. Es dulce, simple, e irradia
una inocencia infantil. Kalyani se pasa el día jugando con su perrito
Kaalu o hablando con una estatuilla de Krishna que tiene en su cuarto.
De noche, todo cambia. Gulabi la lleva a la otra orilla del Ganges a las
mansiones de los hombres adinerados de Rawalpur. Lo acepta sin rechistar,
es su karma. Además, piensa que es una prueba que le impone Krishna
y que debe, tal como dicen los libros sagrados, “vivir como el precioso
loto al que no tocan las sucias aguas en las que flota”. Las demás
viudas no le hablan; temen que su contacto pueda ensuciar su pureza. Al
conocer a Narayan, la aceptación espiritual de su destino empieza
a desmoronarse y se opone a Madhumati.
Narayan acaba de terminar sus estudios de Derecho. Es idealista
y seguidor del movimiento “Marchaos de India” instaurado por
Gandhi. Conoce a Kalyani por casualidad. Se enamoran inmediatamente, pero
las restricciones impuestas a las viudas hace casi imposible que se vean.
El movimiento de Gandhi no se limitaba únicamente a echar a los
británicos de la India, también se dedicaba a incrementar
la justicia social y mejorar el trato a las mujeres.
|