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De la novela a la gran pantalla
En 1999, el premio Nobel J.M. Coetzee fue galardonado con un segundo Premio Booker por la novela Desgracia. La historia, que transcurre en la Sudáfrica postapartheid, fue aclamada en el mundo entero como una obra fuerte y de gran complejidad en cuanto a personajes, emociones y relaciones sexuales.
En opinión de la guionista y productora Anna-Maria Monticelli, la novela es “extraordinaria, valiente y real”. La guionista nació en Marruecos y siempre había querido rodar algo en el continente africano, además de leer regularmente a autores africanos. Su reacción cuando leyó Desgracia fue “orgánica e inmediata”. El director Steve Jacobs recuerda: “Anna-Maria estaba convencida de que podía ser una película con mucha fuerza. Estábamos de acuerdo en que la novela era fantástica”.
DESGRACIA es la segunda película en que Anna-Maria Monticelli colabora con Steve Jacobs como director, después de La Spagnola. Cuando acaba el guión, sabe que “al entregárselo verá la misma película que yo. Confío plenamente en él y me asombra lo que es capaz de aportar”.
El realizador y la guionista unieron sus fuerzas a las del productor sudafricano Emile Sherman (Candy, Sueños mágicos, Generación robada), otro gran admirador de la novela: “Desgracia es una novela muy compleja, no conozco a nadie que reaccione del mismo modo al leerla”.
El productor se había desplazado anteriormente al sur de Australia, donde vive ahora el autor J.M Coetzee, para comprar los derechos de la novela pero ya los habían adquirido el director y la guionista australiana. “Me puse en contacto con ellos para ver si podíamos trabajar juntos en el proyecto. Siempre quisieron rodarla en Sudáfrica pero no encontraban el apoyo necesario. Además, me había gustado mucho el trabajo de Steve en La Spagnola”.
Cuando Steve Jacobs leyó la novela, le pareció realista pero no desoladora. Dice: “El cine realista no está muy de moda actualmente, los espectadores prefieren evadirse”, lo que explica su enfoque de la película. “No es un estilo moderno, interactivo. Quiero que el público decida por sí mismo, por eso la cámara siempre está un poco atrás”. El realizador cree que la película, como el libro, levantará una controversia “productiva, nada sensacionalista”.
Rodar en Sudáfrica
El director de fotografía Steve Arnold, que ya había colaborado con Steve Jacobs en La Spagnola, aceptó encargarse de la fotografía de DESGRACIA: “Es un drama intimista pero Steve quería comunicar una sensación de inmensidad, por lo que el paisaje sudafricano se convierte en otro personaje principal. Era cuestión de guardar una simetría, de realizar cuadros, como en La hija de Ryan, donde un drama intimista transcurre frente a un telón de fondo épico”.
El realizador Steve Jacobs enfocó el problema desde el punto de vista del diseño de producción: “Me trasladé a Sudáfrica para buscar el decorado idóneo. Cuando lo encontré, empezaron a construir la granja. Parte de la banda sonora se compuso antes de empezar a rodar. Disponíamos de poco tiempo y había que estar preparados para cualquier eventualidad. Con un poco de organización, si surgen problemas, siempre hay una solución”.
El reparto
Anna-Maria Monticelli y Steve Jacobs, antes que guionista y realizador, fueron premiados actores, por lo que ambos conceden una gran importancia al reparto. Anna-Maria Monticelli dice: “Si se escoge al actor idóneo para el papel, el rodaje será mucho más llevadero. Es importante seleccionar los elementos adecuados para la película”. Por eso decidieron ofrecer el papel principal a John Malkovich. La guionista añade: “John Malkovich es un actor de gran inteligencia, muy intenso, con un registro muy amplio”.
John Malkovich no escondió el entusiasmo que le producía la idea de enfrentarse a un papel como el del profesor Lurie en DESGRACIA. Dice: “J.M. Coetzee es un escritor genial, un creador de personajes estimulantes”. El actor está a la altura del reto y encarna a la perfección al complicado personaje principal.
Los cineastas llevaron a cabo una amplia búsqueda en Sudáfrica, Sídney, Londres y Los Ángeles para encontrar a la joven actriz que encarnaría a Lucy, la hija del profesor Lurie. El director Steve Jacobs acabó por escoger a una luminosa y joven actriz sudafricana, Jessica Haines, y a la desconocida Antoinette Engel para dar vida a Melanie Isaacs. Un profesor de interpretación se desplazó desde Australia para trabajar con las jóvenes actrices durante dos semanas antes del rodaje.
Steve Jacobs y John Malkovich hablaron de lo que implicaba trabajar con actores con poca o ninguna experiencia. “Hay casos en los que funciona con la primera toma, y otros en que se necesitan cinco tomas. No hay un sistema mejor o peor”, dice John Malkovich.
Jessica Haines hizo varias pruebas para el papel de Lucy y estuvo encantada cuando por fin le confirmaron que tenía el trabajo: “Hay una lucha entre lo que le dicta la razón y los sentimientos después de que David invada su espacio, después de la agresión. Su mundo perfecto se ha ensuciado. Acepta la responsabilidad y empieza a cambiar. No mira hacia atrás, su adaptación al futuro es radical”.
El actor francés Eriq Ebouaney obtuvo el papel cuando el director le vio en la película irlandesa The Front Line, de David Gleeson, en un festival sudafricano. Por suerte había ido a promocionar la película y Steve Jacobs pudo hablar con él. “Es muy apuesto”, dice Anna-Maria Monticelli. “Fue necesario ponerle gafas y ennegrecerle los dientes para que se pareciera a Petrus”. El actor, refiriéndose a su trabajo con John Malkovich, dice: “Si un tenista trabaja con el número uno del mundo, hace todo lo posible para estar a la altura y devolverle la pelota”.
La joven Antoinette Engel preparaba un trabajo sobre la novela Desgracia, cuando su agente le dijo que la habían escogido para el papel. Hablando de Steve Jacobs como director, dice: “Me dio muchísimo apoyo, no era un papel fácil. Me esforcé mucho porque me pareció que era una película importante para Sudáfrica”.
Steve Jacobs es consciente de que su experiencia como actor influye en su estilo de dirección: “No me parece natural que los actores solo se vean en el plató, rueden y se despidan. Creo que deben leer, estudiar, hablar y conocerse antes y durante el rodaje”. El resultado deja patente el tiempo invertido en los ensayos y en la preparación de los papeles.
Brutalidad, verdad y metáfora
La guionista cree que la película muestra “una brutalidad y una verdad muy sudafricanas, pero que pueden trasladarse a otros países. Lucy está llena de esperanza, a pesar del horror por el que ha pasado”. Steve Jacobs cree que en la película caben temas como “la gracia, la venganza, la retribución, el sexo, la autoridad y el poder”.
La actriz Jessica Haines prefiere pensar que trata “de personas y de cómo son capaces de superar los escollos de la vida”. Para Eric Ebouaney, DESGRACIA es una metáfora de África, de la Tierra: “Representa una metáfora de la convivencia. Debemos ser humildes y abiertos. Hay que mirar hacia delante, no hacia atrás”.
En opinión de John Malkovich, Sudáfrica “es un país maravilloso y hay que esperar que siga creciendo a pesar de su difícil historia. Me encantó mi estancia allí. Ciudad del Cabo es magnífica”.
Anna-Maria Monticelli siempre estuvo convencida de que la película se rodaría en Sudáfrica: “Teníamos una visión romántica del rodaje, no pensábamos en el gasto. Queríamos encontrar paisajes que convencieran al público de que Lucy quisiera vivir allí eternamente”.