El Mundo. Luis Martinez
Tan brillante como genial.
El País. Carlos Boyero
Kaurismäki deja ganar a los perdedores. Los presuntos marcianos de Kaurismäki están llenos de vida.
The Hollywood Reporter. Kirk Honeycutt
Esta película no toma partido ni aporta soluciones para el problema de los refugiados al que el mundo actual se enfrenta. El director y guionista se limita a dar un abrazo lleno de cariño y de ternura a los desarraigados. EL HAVRE ofrece un refugio mágico del mundo real, un albergue cinematográfico de la vida real donde basta con tener buenas intenciones.
Variety. Leslie Felperin
Es un placer ininterrumpido que mezcla a la perfección las notas taciturnas y alegres con una habilidad digna de lo mejor de Kaurismäki. Un cuento de hadas semicontemporáneo.
Screen International. Jonathan Romney
Juntos, André Wilms y Jean-Pierre Darroussin aportan las notas más frescas al mundo de Kaurismäki. El momento en que Darroussin entra en un bar con una piña en la mano no tiene precio y es digno del mejor Tati.
La película encuentra un delicado equilibrio entre unos exteriores pertenecientes al mundo real e interiores rodados en plató.
El manejo del anacronismo sigue tan brillante como siempre, y la conocida actitud del director hacia la modernidad se hace patente cuando el único personaje que tiene un móvil es el malo de la película.
The Guardian. Peter Bradshaw
Su sensibilidad está cercana a la de Chaplin más que nunca en este film.
The Hollywood Reporter. Kirk Honeycutt
Aki Kaurismäki nos regala otro cómico encantado oásis cinematográfico del mundo real, donde la gente puede crecer y hacer cosas como es debido. Las películas de Cannes pueden ser muchas cosas pero rara vez resultan placenteras. EL HAVRE es una de esas extrañas excepciones.
The Playlist. Kevin Jagernauth
La mejor película de Aki hasta la fecha.
Público. Sara Brito
Conmueve, eleva la carcajada, fascina.
Fotogramas. Manu Yánez
En Le Havre no hay lugar para los dilemas morales o la truculencia sentimental.
Delicada y colorista, EL HAVRE se erige en portavoz de un cine que no rehuye su responsabilidad con la realidad. Un cine necesario que Kaurismäki lleva dignificando durante casi tres décadas.