YUEN Wo Ping (Diseño de las escenas de acción)
Es uno de los coreógrafos de acción más celebres del mundo. Nacido en Guangzhou en 1945, es el mayor de los doce hijos del actor Simon Yuen Siu Tin, protagonista de una serie de películas acerca de las proezas de Wong Fei Hung, un popular héroe chino. Estudió en la Ópera de Pekín. Con la popularidad cada vez mayor de las películas de Kung Fu en los años setenta, los Shaw Brothers le dieron pequeños papeles como especialista. Su primera película como director de las escenas de acción fue MAD KILLER. Dirigió su primer largometraje en 1978, LA SERPIENTE A LA SOMBRA DEL ÁGUILA, protagonizada por un actor entonces desconocido, Jackie Chan. Su siguiente película, EL MONO BORRACHO EN EL OJO DEL TIGRE, hizo que ambos saltaran a la fama. Sus innovadoras coreografías han servido para redefinir el género de acción, no solo en Hong Kong, sino a nivel internacional, con películas como MATRIX, TIGRE Y DRAGÓN y KILL BILL, entre otras.
Tony LEUNG (Ip Man)
Ha protagonizado numerosas películas en Hong Kong así como producciones internacionales de conocidos directores. Obtuvo el Premio al Mejor Actor en Cannes 2000 por DESEANDO AMAR, de Wong Kar Wai, y en los Premios del Cine Asiático 2008 por DESEO, PELIGRO, de Ang Lee. Otras películas suyas son DEI HA CHING (AMOR PERDIDO), de Stanley Kwan; CIUDAD DOLIENTE Y HAI SHANG HUA (FLORES DE SHANGHÁI), ambas de Hou Hsiao Hsien; UNA BALA EN LA CABEZA y HARD BOILED, ambas de John Woo; CYCLO, de Tran Anh Hung; HÉROE, de Zhang Yimou; y DESEO, PELIGRO, de Ang Lee. Su larga asociación con Wong Kar Wai empezó cuando hizo un papel testimonial en DÍAS SALVAJES, a la que siguieron papeles protagonistas en CHUNGKING EXPRESS, HAPPY TOGETHER, DESEANDO AMAR y 2046.
Ziyi ZHANG (Gong Er)
Ha sido nominada en tres ocasiones a un BAFTA. Estudió danza en Pekín, donde nació. Se dio a conocer en 1999 por su papel en EL CAMINO A CASA, de Zhang Yimou, pero fue TIGRE Y DRAGÓN, de Ang Lee, la película que la propulsó a la fama en 2000. Ha protagonizado filmes de acción o dramáticos de la talla de MEMORIAS DE UNA GEISHA (2005). Su primer trabajo para Wong Kar Wai fue en la película 2046.
CHANG Chen (El Navaja)
Obtuvo su primer papel en 1991, cuando tenía 15 años, en GU LING JIE SHAO NIAN SHA REN SHI JIAN (UN BRILLANTE DÍA DE VERANO), del aclamado director taiwanés Edward Yang. Trabajó por primera vez con la actriz Ziyi Zhang en TIGRE Y DRAGÓN, de Ang Lee. Ha actuado en películas de algunos de los realizadores más famosos de Hong Kong, China y Corea.
Nos han comentado aspectos del entrenamiento físico al que se sometió, pero ¿siguió alguna forma de preparación mental?
El director me dio muchos libros acerca de los maestros del norte, pero muy poca información acerca de Ip Man.
Qué curioso, creía que se había escrito mucho sobre él.
Y así es, pero no me dio mucha información. Quería que me documentara acerca de Bruce Lee. El personaje debía ser una fusión entre Ip Man y Bruce Lee. Hace diez años que trabajo con Wong Kar Wai, la confianza es mutua. La película no intenta ser un documental, queríamos crear una especie de ideal, un Ip Man “perfecto”. Personalmente creo que Ip Man era un hombre amable, civilizado, un pensador, un caballero. Pero cuando luchaba, se transformaba, se volvía fiero, casi un animal. Me pareció fascinante. Este hombre, hijo de un terrateniente, lo había tenido todo hasta los 40 años. De pronto, se quedó sin nada, pero volvió a levantarse. Es el personaje más positivo que he interpretado en una película de Wong Kar Wai.
¿Positivo en qué sentido?
Era muy optimista. Tenía que serlo para mantenerse en pie después de todo lo que le ocurrió. Duncan Leung, mi maestro de Wing Tsun, me habló de Ip Man cuando llegó a Hong Kong. Había pasado del paraíso al infierno. No tenía nada. Al parecer, ni siquiera tenía una manta con la que taparse. Pero siguió mirando la vida con una sonrisa. Creo que el Kung Fu modeló e inspiró su vida. Para Bruce Lee fue lo contrario: la vida modeló e inspiró su Kung Fu. Bruce estudió filosofía, taoísmo para ser más exacto. Los dos llegaron al mismo punto por caminos diferentes. Ip Man le hizo entender que el Kung Fu no era solo un entrenamiento físico ni una forma de defensa, sino una forma de vida. No lo entendí hasta que empecé a aprender Kung Fu. Me ayudó a que los combates fueran mucho más auténticos, y también me sirvió para meterme en el personaje.
Antes de empezar a entrenarse, ¿qué pensaba del Kung Fu?
De niño era fan de Bruce Lee. Pero en los sesenta se decía que las únicas personas que practicaban Kung Fu eran policías y gánsteres (Ríe). A primera vista, parecía limitarse a peleas, reyertas y películas. Al aceptar este papel entendí lo que significa realmente el Kung Fu, su auténtico espíritu. Hay que trabajar duro, tener mucha disciplina física y mental, y todo eso puede aplicarse a la vida. Idealmente, se debe alcanzar un nivel “zen”, estar en armonía con el oponente. No es un enemigo, al igual que el entorno no es un enemigo. No se trata de ganar, sino de que se abra la mente. Mi fascinación iba incrementando a medida que estudiaba.
El maestro Gong le reprocha a su hija que solo le importe la victoria, ¿se refiere a eso?
Es así, por eso ha sobrevivido durante 4.000 años. No se trata simplemente de combatir. Si fuese así de simple, cualquiera podría llegar a ser un gran maestro.
Llora. Y reconozco que lloré viéndole llorar.
(Ríe) Lloro por frustración, más que por lo que he perdido. Al final, Ip Man sigue de pie, no por su forma de luchar, sino por su forma de vivir. Antes de empezar, solo sabía que era un hombre extraordinario y que había enseñado a Bruce Lee. Pero ahora, después de aprender Wing Tsun, siento como si hubiera una conexión kármica entre los dos.
No sabía cómo iba a interpretar a Ip Man hasta que empezamos a rodar. Es más, al principio solo rodamos las escenas de combate. La parte más dramática se rodó en los últimos seis meses.
Es una forma muy interesante de rodar.
Es una locura, pero así es como trabaja Wong Kar Wai. Cada vez que hago una película con él, es una aventura. Casi nunca leo el guión, no sé lo que hacen los otros personajes. Ni quiero saberlo, así no puedo imponer mis ideas. Debe ser una película solo de Wong Kar Wai. Mi trabajo es ayudarle a alcanzar su visión.
Normalmente, ¿cuánto se tarda en hacer una película?
Unos seis meses (Ríe). Mucha gente me pregunta si no ha sido muy duro trabajar en una sola película durante cuatro años. Siempre contesto que llevo treinta años actuando y que he disfrutado con cada película. ¿Qué son cuatro años? Tener más tiempo significa pasarlo mejor.
¿Es verdad que las escenas de combate son reales?
Sí. No querían rodar las escenas de Kung Fu del modo habitual. Wong Kar Wai se empeñó en que debían ser auténticas. Pero no pude hacerlo, no podía pegar a alguien. Estoy algo decepcionado por no haber sido capaz de ir tan lejos, aunque me consuela pensar que mi personaje nunca lucha para matar. Lo tomaba como un juego, no hacía falta ser brutal. Pero me costó mucho rodar esas escenas. Y la más dura fue la de la lluvia. Tardamos treinta noches en terminarla. A partir de las siete de la tarde estábamos empapados, pero no podíamos cambiarnos de ropa hasta que acabásemos de rodar. Luchábamos con agua hasta los tobillos, pero Ah Suk (William Chang) es tremendamente estricto con el vestuario y se empeñó en que lleváramos zapatillas con suela de tela. Eran muy resbaladizas. No me había entrenado en condiciones semejantes. (Ríe) Pasamos mucho frío.
IP MAN (Tony LEUNG)
Nació al final de la dinastía Qing (1644-1911) en el seno de una familia acomodada de Foshan, en la provincia de Guangdong. El Kung Fu le apasionó desde pequeño, y se dedicó en cuerpo y alma al aprendizaje del Wing Chun con el legendario maestro Chan Wah-shun. La ciudad de Foshan era el centro de las artes marciales durante la República. Ip Man demostraba a menudo sus habilidades con otros maestros de artes marciales, pero, ya que no necesitaba trabajar, no fundó una academia en su ciudad natal. Después de la invasión japonesa, Ip Man y su familia lo pierden todo. Como miembro activo del Kuomitang durante la guerra, debe a huir a Hong Kong a finales de los años cuarenta. Allí funda una academia de Wing Tsun para poder sobrevivir, y con el paso del tiempo populariza esta exclusiva rama de las artes marciales que ahora cuenta con numerosos seguidores en todo el mundo.
GONG ER (Ziyi ZHANG)
Pertenece a una conocida familia del noreste de China con gran tradición en las artes marciales. Hija de Gon Baosen, el gran maestro defensor del estilo Bagua, se educó entre luchadores y observando los combates de su padre, hasta convertirse en una talentosa luchadora. Si no fuese mujer, habría sucedido a su padre, pero él quiere que se case y estudie medicina. Gong Er desea seguir la tradición familiar. Domina a la perfección el sinuoso y letal estilo Bagua, y la famosa técnica “64 manos” propia de su familia. Es tan orgullosa, fuerte y honrada como cualquier héroe de la tradición de las artes marciales.
EL NAVAJA (CHANG Chen)
Es un maestro de la explosiva modalidad Baji, además de un solitario apasionado con un toque de misterio. Es un patriota idealista. Forma parte de la policía secreta del Gobierno Nacional, y se dedica a perseguir y asesinar a los traidores. Ha adquirido una gran reputación debido a su código de honor. Después de la victoria comunista en 1949 se trasladó a Hong Kong.
GONG BAOSEN (WANG Qingxiang)
Es el padre de Gong Er. Respetadísimo gran maestro del noreste de China, fue el primero en combinar dos estilos de artes marciales, el Xingyi (donde muchos movimientos se basan en la observación de los animales) y el Bagua (basado en los hexagramas del I Ching). Nunca ha perdido un combate. Pero la fama le importa mucho menos que enseñar a la nueva generación de maestros de Kung Fu a respetar la tradición para que las artes marciales perduren. Se esfuerza en despertar el patriotismo de los que le rodean para salvar el país.
ZHANG YONGCHENG (SONG Hye Kyo)
Es la esposa de alta cuna de Ip Man y la madre de sus hijos. No necesita hablar con su marido para entenderse. Cuando la guerra llega a Foshan, lo pierden todo excepto la dignidad.