¿Puede resumir la historia y hablarnos de la situación de los tres personajes?
La película trata de una joven inglesa, culta e inteligente, que se traslada a Dinamarca para casarse con el Rey. Descubre un país bastante atrasado y conservador, que incluso censura algunas de sus lecturas. También descubre que su marido no está del todo cuerdo. El Rey contrata a un médico nuevo que se enamora de la Reina y ella de él. El médico acaba por controlar el poder en Dinamarca y empieza a cambiar cosas para mejor, pero con un final trágico.
Es una historia asombrosa, ¿realmente fue así, es exacta?
Es mucho más exacta de lo que se piensa. Parece un cuento de hadas, pero realmente ocurrió. Hemos dramatizado algunas escenas, algunos acontecimientos y, claro está, no estábamos allí para escuchar lo que decían. No disponíamos de una máquina del tiempo y no nos quedó más remedio que inventar o imaginar cómo se sentían en un momento u otro. Pero gran parte de los acontecimientos son reales.
¿Cuándo oyó esta historia por primera vez y cuándo empezó a interesarle?
La primera vez que oí la historia de Struensee y de la reina Carolina Matilde fue en el colegio. Tendría nueve o diez años. Es una historia muy famosa en Dinamarca y suele enseñarse en la escuela. Pero lo más interesante es que se han escrito varios libros acerca de estos acontecimientos e incluso una ópera y un ballet. Sin embargo, ninguna película. Por eso, en un momento dado, pensé: “Bien, ¿me atrevo con la historia?” Sinceramente, es el proyecto soñado por cualquier director.
¿Por qué decidió rodar en danés?
Bueno, primero porque soy danés y es una historia importante para el pueblo de Dinamarca. Me pareció que en una película danesa debía hablarse en danés. Podía haberla rodado en inglés, y si quería ser auténtico, hubiera debido rodarla en francés y en alemán, los dos idiomas hablados en la corte. Solo el pueblo hablaba danés.
La locura del Rey está muy medida, ¿cómo lo consiguió? ¿Cuál fue su enfoque?
Sinceramente, siempre quisimos que Cristián tuviera un poco de todo en su locura. En mi opinión, tal vez fuera un maníaco-depresivo, pero también era un inocente atrapado en el papel de rey contra su voluntad. Solo quería jugar, hacer teatro, cosas así. Con Mikkel decidimos rodar muchas tomas para tener diferentes versiones, algunas improvisadas, que me permitieran escoger en el montaje. Durante los ensayos le di ciertas pautas, le encaminé, pero toda la energía es suya.
¿Qué le convenció para escoger a un actor que nunca había trabajado en cine? ¿Le convenció la prueba de casting que hizo?
Desde luego, me convenció durante la prueba. Fue capaz de meterse totalmente en el papel. Luego, cuando hablé con él, descubrí a un hombre muy amable, muy sensato y nada nervioso. Aunque luego descubrí que estaba muy nervioso. Pero pensé que si era capaz de una interpretación de tal calibre en una prueba y luego ser totalmente diferente en persona, debía ser un buen actor.
¿Qué habría pasado si la Reina y el médico no se hubieran enamorado? ¿Habría cambiado la historia?
Bueno, no habría hecho una película, eso desde luego. Y no creo que hubiera pasado nada muy interesante. Habrían sido amigos y los conservadores habrían terminado por ganar de todas formas. Pero lo peor no es que tuvieran un romance, sino que Struensee mintió al Rey, a su mejor amigo. Ese fue su gran error. Si lo hubiera reconocido, quizá se hubieran salvado.
Gran parte de la historia se basa en la correspondencia que se ha descubierto. ¿Qué supuso para usted leer esas cartas?
Leí sus diarios y sus cartas. Me permitió descubrir que la reina Carolina Matilde era una persona increíble, culta, inteligente, llena de vida, preocupada por su pueblo. Miraba el mundo a su alrededor y pensaba en los derechos de los campesinos. Sin embargo, la historia no la describe así. Me pregunté por qué nadie se había dado cuenta. Era una joven inteligente que llegó a Dinamarca, donde se la reprimió. Me pareció muy interesante.
¿Consideró importante ser exacto con la época histórica? Obviamente se toma libertades con el idioma. ¿Fue difícil rodar una película de época?
Una de las cosas más difíciles fueron las pelucas, algo que no esperábamos. Es muy difícil encontrar buenas pelucas, son muy caras. Las pelucas baratas parece lo que son, baratas. No tenía ni idea de que uno de los problemas de las películas de época eran las pelucas. Luego están los coches, los soldados, los caballos, los trajes. Pero no fue una gran preocupación para mí porque tenía a un fantástico equipo de colaboradores. La diseñadora de vestuario, Manon Rasmussen, es muy famosa en Dinamarca, donde se ha ocupado de más de 50 películas, muchas de ellas de época. El director artístico, Niels Sejer, también tiene mucha experiencia y sabe lo que hace.
Alicia Vikander tuvo que aprender danés. Al parecer, no lo hablaba.
Había hecho pruebas a muchísimas actrices danesas, pero ninguna encajaba, no encontraba a la Reina. Empezaba a estar muy preocupado porque veía que no podría hacer la película. Alguien sugirió que lo intentáramos en Suecia. Alicia apareció en la primera prueba y supe inmediatamente que era ella, pero quedaba el problema del idioma. Fue un auténtico acto de fe por parte de ambos. “Vamos a hacer la película juntos dentro de 3 ó 4 meses, pero antes de empezar a rodar, debes aprender un idioma nuevo”.
¿Hay algún otro acontecimiento histórico que le atraiga? ¿Tiene pensado hacer otra película histórica?
No, sinceramente, ahora me tienta más pasarme al futuro y hacer una película de ciencia-ficción.
Hablemos del médico, ¿por qué tenía ideas tan avanzadas?
No creo que tuviera ideas muy avanzadas; era un hombre del pueblo, que vivía con el pueblo. Pero era médico y había leído mucho, conocía a los filósofos de la Ilustración. Era un rebelde por naturaleza. Cuando llegó a la corte y tuvo poder, hizo lo que cualquier ciudadano normal habría hecho.
¿El cine danés tiene un lugar importante en el mundo?
Me parece que sí. Participé en el fenómeno Stieg-Larsson. De hecho, escribí el primer guión de la trilogía. Pero creo que incluso antes de eso se respetaba al cine danés. La idea general es que el cine danés pertenece más a las salas de arte y ensayo, cuando en realidad no es así. Hacemos un cine muy accesible, con historias y personajes clásicos. Posiblemente tenga éxito porque es una mezcla entre el cine de arte y ensayo y el comercial.