Háblenos de su personaje en la película y de sus ideas, que entonces eran consideradas muy avanzadas y únicas.
Bueno, tampoco son ideas tremendamente originales. Otras personas las compartían en la época; Voltaire, por ejemplo, era el hombre que más las pregonaba. Mi personaje no intenta hacer una revolución, es médico y quiere poner en práctica esas ideas. Cuando tiene la oportunidad de ascender por la escalera social, no lo duda. Conoce al Rey, un hombre ingenuo que quiere ser capaz de hablar por sí mismo. En realidad, al principio solo quiere ayudar al Rey, pero cuando ve que este va mejorando, aprovecha la oportunidad y empieza a susurrar al oído del Rey. Y sin darse cuenta, acaba haciendo exactamente lo mismo que los demás, aunque eso sí, sus motivos son puros.
Pero parece que surge un imprevisto…
Sí, siempre pasa cuando no se piensa con la cabeza. Se enamora locamente de la Reina, que comparte sus sentimientos. Ahora tenemos a tres personas que se quieren a su manera. Struensee debe enfrentarse a la complicadísima tarea de casi gobernar Dinamarca y, al mismo tiempo, esconder su relación con la Reina y que esta espera un hijo de él. Son dos hechos que sabemos pertinentemente que ocurrieron. La correspondencia de la reina Carolina Matilde deja claro que los dos tuvieron un tórrido y apasionado romance.
Efectivamente, la película se basa en hechos históricos. ¿Conocía este periodo de la historia? ¿Qué le atrajo del guión?
Creo que todos los daneses conocen esta historia. Bueno, básicamente sabemos que apareció un médico alemán, se acostó con la Reina, consiguió gobernar el país y le mataron. Pero si profundizamos un poco más, descubrimos que no es tan sencillo, y es lo que me fascinó. ¿Quiénes eran? ¿Por qué lo hicieron? Y para ser justos, debemos reconocer que no sabemos exactamente qué ocurrió entonces. Lo suponemos a partir de los pocos datos que nos han llegado. Nuestro enfoque fue de respeto hacia una historia que nos parecía muy interesante. Pero siempre será muy difícil saber lo que ocurrió en realidad.
Es una película danesa, pero usted encarna a un extranjero, a un alemán…
Es un poco raro, pero no tiene mucha importancia que fuera alemán. Lo importante es que ese hombre vio al Rey de otro modo y cambió Dinamarca para siempre. Que fuera francés o alemán da igual. Puede que importe a los daneses y a los alemanes, pero a efectos de la historia, da igual.
Hablemos del trabajo de Mikkel Boe Følsgaard y de su encarnación del trastornado Rey. ¿Qué opina de la locura del Rey y del personaje? ¿Y qué opina de la interpretación?
Personalmente comparto los sentimientos de mi personaje en la película. Siento mucho cariño por él, eso es lo primero, porque es un niño. Un niño malcriado, muy inseguro, que probablemente está enfermo, pero que también tiene algo mágico. Para Mikkel fue difícil porque era su primera película y estaba un poco como: “Vaya, aquí está la cámara y ahí está el director…” Además, tenía que mantenerse en un universo muy cerrado, y fue muy duro. Pero Nikolaj tuvo una idea brillante, rodar dos versiones, y Mikkel estaba totalmente de acuerdo. Primero rodaban lo que llamaban la versión lunática y luego, la versión del chico ingenuo. Esta última era la más cercana a nosotros, lo que nos permitió estar en el mismo barco. En mi opinión, lo que ha hecho con el personaje es absolutamente brillante. El Rey no podía ser de otro modo. Era un papel muy difícil y lo ha bordado. Era muy fácil dejarse llevar, pero supo controlarlo.
Ha dicho que era su primer papel. ¿Le ayudó en algún momento? ¿Hubo algún cambio a medida que avanzaba el rodaje y se acostumbraba a la cámara?
Bueno, cada día que pasaba se sentía más cómodo delante de las cámaras. Empezó a ocupar su sitio, a hacer preguntas, a ofrecer sugerencias como todos durante un rodaje. Le animé a que lo hiciera. Desde luego, no tenía nada que enseñarle, pero sí le alenté a que se hiciera oír porque es muy importante en una película y especialmente con un personaje como el suyo. Y no tardó en hacerlo.
En esta película trabaja con Alicia Vikander, que ha emprendido una carrera estelar. ¿Por qué tiene tanto éxito?
En primer lugar, es una actriz brillante y hace lo que debe. Trabajamos así en la película, nos concentramos y probamos cosas diferentes. Mikkel y yo gustamos a la cámara, pero está totalmente enamorada de Alicia. Eso no se aprende ni se compra, se tiene o no se tiene. Todo lo que hace queda plasmado en la imagen, es un don muy frágil, etéreo, a todos nos gustaría robárselo, pero no podemos.
También quería que hablara del estilo de rodaje de Nikolaj Arcel.
Es muy preciso. Ya sabía que era un maestro del estilo. Sabe exactamente lo que quiere y cómo debe rodarlo para conseguirlo. Pero no me sorprendió descubrir que es un director muy personal, muy íntimo. En una película de época, si solo se hubiera preocupado por el estilo, las emociones se habrían volatilizado. Pero es capaz de captar un periodo histórico sin olvidarse nunca de los actores. Me pareció brillante.