La naturaleza, un plató sin límites
El plató de EL ARCO fue el mar y un viejo barco en medio del mar.
El director Kim Ki-duk escogió el mar cerca de la “
Roca de las hadas”, en el pueblo de Euolwang, región de Incheon,
para rodar la película. Luego encontró un viejo barco de
pescadores que serviría de hogar para el viejo pescador y la muchacha,
lo hizo reparar y lo echó al mar. Dado que el barco era prácticamente
el único decorado de toda la película, el decorador se empeñó en
que debía encajar perfectamente con el
paisaje marítimo. El espectador descubrirá un cielo azul
lleno de misterio, un océano sin límites en el que flota
el viejo barco decorado con telas de colores y con un gran retrato de Buda.
Diecisiete días de duro rodaje en el mar
El rodaje de EL ARCO empezó el 2 de enero de 2005, un día
de viento y de mucho oleaje. El equipo rodó durante 17 días
sin descanso en un barco sin un lavabo en condiciones o un sitio donde
resguardarse del frío invernal. El rodaje planteaba serias dificultades.
Por ejemplo, hacer caber 50 personas en un barco con el equipo correspondiente
y los decorados, rodar en un ambiente siempre en movimiento, volver a tierra
regularmente en medio del oleaje. Para colmo, hay una base militar muy
cerca del punto escogido por
el director y cabía la posibilidad de que empezaran
a disparar en plena noche. Todos los miembros del equipo debían
llevar un chaleco salvavidas en todo momento y mirar mucho dónde
ponían los pies.
Las joyas escondidas en El Arco
EL ARCO: El objeto central de la película es, claro está,
el arco. No sólo es el título de la película, sino
que simboliza varias cosas y es el atrezzo más importante. El jefe
de atrezzo había pensado en encargar un arco especial a un artesano,
pero Kim Ki-duk prefirió comprar un arco cualquiera. Envolvió los
extremos con telas de colores para que fuera un poco más llamativo.
Se dio pátina a la madera para que pareciera fuerte, pero usada.
El retrato de Buda: Antes de empezar a rodar,
se invirtió mucho tiempo en decorar el barco de pesca. Había
que convertir un barco ordinario en un lugar para pescar en alta mar. La
estrecha cabina debía convertirse en un habitáculo para el
viejo pescador
y la muchacha. Para la escena en que el pescador predice el futuro, la
muchacha debía columpiarse delante de un retrato de Buda mientras
el pescador disparaba una flecha hacia el cuadro. El director encargó al
pintor Jung Byung-gook que pintara un Buda tradicional coreano. Pero no
fue nada fácil pintar en la pared exterior de un barco en pleno
invierno. Poco a poco, el cuadro cobró dignidad y se convirtió en
un impresionante decorado que confiere una atmósfera única
y misteriosa a la película.
La música: El guión contiene una anotación del director
Kim Ki-duk: “¿Sería posible sacar notas de la cuerda
del arco?” Se le había ocurrido la increíble idea de
tocar una pieza musical con el arco. Al final, el director decidió usar
un violín coreano porque se toca como podría tocarse un arco.
Kim Ki-duk tuvo la oportunidad de oír un concierto de Kang Eun-il
y se quedó asombrado. La música le pareció escrita
específicamente para EL ARCO. Finalmente, se utilizaron dos piezas
para cuerda de Kang Eun-il, “Desaparición” y “Vuelo”.
Sin duda, los espectadores se quedarán admirados cuando el viejo
pescador empieza
a tocar el arco.