Notas del director
Acerca de Drancy
Drancy era un campo de “tránsito” en una pequeña ciudad del mismo nombre situada en una importante encrucijada ferroviaria a las afueras de París en dirección norte. Durante la ocupación alemana, la policía francesa cooperó con la Gestapo deteniendo a judíos, intelectuales, disidentes y otras personas consideradas como una amenaza. Al principio, las personas internadas en Drancy creían que serían mandadas a campos de trabajo. En realidad, Drancy era la antesala de Auschwitz. Se estima que unas cien mil personas pasaron por Drancy y que la mayoría no sobrevivió. Milagrosamente, Jakob, Melanie y Christopher están entre los pocos que lo consiguieron.
ARITMÉTICA EMOCIONAL cuenta su inesperada reunión 40 años después del final de la guerra.
Vivir después de Drancy
Para los que sobrevivieron a las horas más oscuras de la historia, la pregunta es: ¿Cómo se vive después de una experiencia tan traumática, después de enterarse de los horrores por los que pasaron los que murieron? ARITMÉTICA EMOCIONAL quiere empezar a partir de ese caótico territorio donde coexisten muchas contradicciones: culpabilidad, pasión, depresión, entusiasmo...
El eslabón de la memoria
¿Cómo afecta la memoria a nuestra capacidad de ser felices? ¿Recordar demasiado es un obstáculo para llevar una vida equilibrada? ¿Desdibuja la memoria nuestra comprensión del presente, paraliza nuestros sentimientos, pone en peligro el potencial de amar e inmoviliza a futuras generaciones? ¿Es necesario olvidar para reinventarse una existencia, para reconquistar la inocencia?
Los recuerdos son el tema central de la novela de Matt Cohen. Plantea una pregunta provocativa: ¿Debemos aceptar los recuerdos ciegamente?
En este nuevo siglo en el que recuperar la memoria se ha convertido casi en una mercancía, la pregunta es más que válida. Recordemos, sí, pero, ¿qué debemos recordar y cómo? ¿Cuál es el precio emocional de la memoria? ¿Recordar es una actividad objetiva, alejada de las fuerzas contradictorias y paradójicas que habitan en cada ser humano?
Estas preguntas son el motor de la película.
Se han escogido varios métodos para evocar los recuerdos y el pasado: el flashback, la proyección de Jakob de “los niños en el pajar”, el “cuaderno” de Melanie, que le ofrece a Jakob como metáfora.
La película no aporta respuestas claras simplemente porque no las hay. Pero dentro de la exploración, del viaje, del baile entre el pasado y el presente, y de la imaginación, se vislumbrarán fugaces momentos de autenticidad y, a veces, de amor.
Al fin y al cabo solo se pueden superar las dificultades de la vida si uno mira su vida con honradez; la honradez como acción, como proceso, y no como valor rígido estratificado.
A esta película solo le corresponde una reflexión, y es la siguiente: Sean cuales sean las tragedias pasadas, y quizá por ellas, nadie debe escapar del proceso de la honradez.
Momentos de verdad
Cuando conocemos a los personajes, se encuentran sumergidos en una crisis porque se ven arrinconados por la cuestión de la honradez, voluntaria o involuntariamente. Han alcanzado ese momento crucial en el que las mentiras, los defectos, las esperanzas, los sentimientos sin expresar, los sufrimientos y los temores colisionan y explotan. La película narra esta crisis.
La historia gira alrededor de una cena imposible...
Por una parte está el genuino deseo de Melanie de reunir a todas estas personas dispares en su vida para estar juntos, como si fueran una familia feliz, como si pudieran olvidar momentáneamente las trampas de la vida, al tiempo que barren todos los sentimientos escondidos durante años debajo de la alfombra y celebrar el misterioso milagro de estar vivos.
Pero ese bonito deseo se ve rápidamente contaminado por la realidad. A pesar de sus esfuerzos, y los esfuerzos de otros, no alcanzan el momento de la celebración. La cena es un ritual esencial perteneciente a un contrato social que los personajes no pueden respetar. Por otra parte, hay emociones subterráneas y sentimientos que acaban siendo mucho más fuertes que todo lo demás.
Por eso la cena no se celebra, al menos, no como se esperaba.
Pero sí aparecen inesperadamente los rituales de la honradez cuando los personajes encuentran la fuerza de abrirse a otro, Jakob a David, Benjamin a Jakob, David a Melanie, Jakob a Christopher y a Melanie y, por fin, Christopher a Melanie.